En abril de 2015 el ministerio de Salud de Nación aprobó una guía que establece cómo deben actuar los equipos de salud ante la solicitud de una persona que desea interurmpir su embarazo, y que está dentro de lo que regula el artículo 86 del Código Penal como Aborto No Punible.

Ruth Zurbriggen aseguró que «el protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo constituye una guía de intervención que puede definirse como un tratado de derechos humanos para las humanas en materia de acceso al aborto. Posible en un tiempo particular en relación al tema del aborto, un tiempo en que hemos logrado estirar las formas de pensar las prácticas del aborto».

Desde la consideración de que toda manera de nombrar es política, Zurbriggen destacó los conceptos del título:revisar entonces su manera de titularlo:

* atención integral se reconoce que la salud es mucho más que la salud física y avanza en definir como principios organizadores de la práctica el principio de autonomía, la accesibilidad, la no judicialización, la confiabilidad, la privacidad, la celereridad, la transparencia activa. Todos estos principios están anclados en las normativas institucionales con rango constitucional en Argentina.

* personas con derecho a la interrupción legal del embarazo, esto adelanta un reclamo: inscribir en el orden simbólico que no sólo las mujeres abortamos, sino que hay otras personas con capacidad de embarazarse y que pueden desear abortar, entonces amplía la idea de aborto = mujeres heterosexuales.

«Este aspecto también inscribe en otro lugar la idea de delito sobre la práctica, reconoce que nuestro país tiene establecido desde 1921, en su artículo 86, inciso 1 y 2, que existen causales de no punibilidad, es decir causales de legalidad para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo y son al menos cuatro situaciones tal lo describe en la página 12 de la guía», aseveró la socorristas y activista feminista.

También destacó que la guía asevera en la página 13 que «La decisión de la mujer es incuestionable». «Es la primera vez que leemos en un documento público semejante deseo político reclamado por las feministas desde hace décadas: las únicas con capacidad ética para resolver cuándo un embarazo es viable o no, somos las que maternaremos o no. Dejamos de ser consideradas incapaces para resolver los destinos de nuestra vida, la guía se aleja de la propuesta de exigencias heroicas que nos condenan nos maternidad forzosa como destino indeclinable ante un embarazo no buscado».

Otro aspecto, que evaluó Zurbriggen es que se «reconoce el principio de autonomía progresiva de las adolescentes, se aboga por el derecho que tienen a ser escuchadas. Todo lo referido a las personas discapacitadas, sintetizadas en la página 18 de la guía es también para destacar, se promueven nuevas formas de comprender la vida y los reclamos de las personas con discapacidad y esto re altamente disruptivo.

No es casual que esté siendo resistido por los sectores eclesiásticos fundamentalistas y anti-derechos. Toda vez que hay un reconocimiento de derechos vinculados a los cuerpos, las sexualidades y la reproducción, hay una sotana oponiéndose. Habrá que ver en esta disputa hasta dónde ceden el gobierno nacional y sus funcionarixs».

En tanto, remarcó las cuestiones sobre las que hay que seguir luchando.

«Por un lado que lxs profesionales y trabajadorxs de ámbitos de salud se apropien del protocolo, lo hagan vivir en la cotidianeidad de los hospitales y centros de salud. Esto será posible si hay una política clara desde los decisorxs políticos de ámbitos de salud, este protocolo no puede considerarse el fin del camino andado, sino una apertura de posibilidades.

Que todas las personas sean informadas sobre este protocolo y los derechos que garantiza con campañas informativas audaces, con información sostenida en la atención médica, etc.

Que haya políticas públicas claras de capacitación e infraestructura y provisión de medicamentos e instrumental para que lxs profesionales de la salud puedan desarrollar la práctica del aborto en excelentes condiciones laborales garantizando la gratuidad y seguridad para lxs personas que solicitan los abortos.

Que se autorice la compra y producción en el país de la medicación adecuada y recomendada por la OMS por sus estándares de calidad como es la mifepristona y el misoprostol.

Que desde los órganos de decisión se hagan oídos sordos a las presiones eclesiásticas y fundamentalistas de la conferencia episcopal y otros estamentos de poder.

Que desde el Ministerio de Salud de la Nación se impulse el debate para que diputadxs y legisladorxs discutan y aprueben la legalidad del aborto en Argentina.

Por nuestra parte, como activistas feministas socorristas, difundiremos el protocolo entre personal de salud, en las diferentes actividades que realizamos, como forma de contribución a hacer efectivos los derechos que reconoce y para seguir activando por la des-estigmatización del aborto y de quienes lo practican; para insistir con otros modos de entender el aborto que insiste e insistirá en el escenario social y cultural».

Descargar la guía de interrupción legal del embarazo (pdf)