ENM: Estar donde la historia se hace cuerpa

Por Luz Fernandez

El Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) de Rosario no sólo fue mi primer ENM sino también mi primer viaje como revuelta y socorrista. No sabía con lo que me iba a encontrar, de hecho no consulte nada a nadie. Leí mil veces la grilla de talleres para definir a cual quería ir, porque organizada siempre.

Desde el colectivo se respiraba la ansiedad por llegar. Aprovechar esas horas para seguir generando feminismo me parece una capacidad increíble. Se organizo la pegatinada de la llegada y se inventó la letra del himno nacional abortero. Cuando en la apertura lo cantamos a nuestras anchas, con baile y todo, la sonrisa de todas me devolvía que estaba donde tenía que estar.

La caminata hasta la plaza fue mi primer megáfono cantándole a Bergoglio que las socorristas somos cada vez más. Y ya instaladas en la plaza, ayudando con los miles de materiales para la mesa se me hizo el horario del inicio de talleres. Agarré mi carpeta con el mapa perfectamente señalado de donde quería ir, varias bolsas magenta de Info Aborto Seguro con materiales socorristas y caminé hasta la escuela donde estaba el taller de «Mujeres y sistema peniteciario» por las ganas de activar en ese espacio que todavía no pude concretar. Luego del taller volví a la plaza, compartimos las experiencias del día con amigas y pude disfrutar esa noche de un hermoso festival feminista antiespecista.

Al día siguiente me levanté muy temprano, por las varias cuadras que tenía que caminar para ir al taller de «Mujeres y actividad física». Llevé materiales nuevamente y cuando terminó, desde el mediodía, me quedé en la plaza con la Radio Interamericana (no recuerdo exacto el nombre) que ni el sol tremendo que nos insolaba pudo aplacar.

A las 16hs era el llamado a reunión pre marcha para las socorristas. Arreglamos pelucas, nos pintamos los labios. ¡Era una fiesta! Conversamos sobre como ingresaríamos a la columna y recordamos todos los cuidados que ya venían marcando las compas con más experiencia. Entramos, cientos de pelucas rosas, una fila de megáfonos, bengalas, corridas, y cada grito trayendo a Lohana, a Diana daba la sensación de que querías quedarte ahí para siempre. Te corre la energía de esa multitud en el cuerpo, en las lagrimas. Nadie puede contar la sensación de estar ahí.

Celebro haber sido parte, celebro haber tenido a mis amigas de años cerca para abrazarlas cuando ya no me entraba mas amor feminista en el cuerpo y de verdad que el eslogan «Algo cambia en cada mujer que participa» no puede ser más cierto. Nunca más volví a ser la misma.

Para Chaco 2017 tuve varios altibajos, si bien reserve mi lugar desde un comienzo, la vida estudiantil y laboral me devolvía por momento la sensación de que no llegaba, de que no podría ir. Pero como dijo la abuela de una amiga: «Hay que estar cerca cuando se está escribiendo la historia». Y acá estoy, comiéndose las uñas a 48hs de partir. Este año decidí no ir a talleres, quiero vivir el encuentro desde la plaza, en la mesa socorrista y así crearme el recuerdo de otro ENM. Y como activista antiespecista independiente tengo ganas de poder charlar desde ese lugar con quienes les interese también y me parece que la plaza es el mejor lugar.

Los días previos a la partida son intensos, más aún que nuestro activismo cotidiano. Los cuidados para con todas, las compras, el armado de cosas y el poder visualizar y proyectar los días que vienen para que se nos escapé lo menos posible (por no decir nada) y siempre siempre siempre la voz de la experiencia en Ruth estando atenta a todo.

Espero que sea un ENM con muchas compañeras que vayan por primera vez, celebro una vez más poder compartirlo con amigas (aunque me faltará Agustina) y con mis compañeras de la colectiva que tan bien saben llevar toda esta vorágine.

A diferencia del año anterior, espero este encuentro para ver a compañeras socorristas de otros lugares con quienes por suerte las redes acortan distancias pero siempre falta ese abrazo de despedida de aeropuerto para saber que seguimos en esta red pensando y sintiendo juntas. A pesar del contexto, del avance de la derecha y de la expectativa (creo yo) de los medios hegemónicos en ver que pueden sacar al aire para pinchar la imagen del Encuentro, deseo fuertemente que le demos sentido al nombre de la ciudad y que sea un lugar de resistencia a todo y a todxs para seguir creciendo en nuestro hacer y en el vínculo con otras que es lo que más necesitamos.

1 thought on “ENM: Estar donde la historia se hace cuerpa”

  1. que hermosoooo relatoooo!!! cuanta emociòn!!! nos vemos en unas horas en el Chacooooo!! vamos a hacer resistencia y mas feminismos!!!

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