“Pato”, víctima de violación marital

Neuquén, Septiembre de 2006

El acompañamiento personal y militante a “Pato” en el juicio por violación marital contra Alberto Gallone -cuya repercusión tuvo alcance nacional- no fue un hecho más para nosotras. Una valiente mujer que se animó a denunciar, convencida de que su vida podía ser otra, nos permitió intentar transitar el desafío del acompañamiento militante y cuidadoso, con reclamos generales contra la justicia sexista que impera. Convencidas de que “lo personal es político”, sabemos que el relato de esta joven y las muchas vidas en él reflejadas, calaron hondo en nuestra colectiva y nos trajeron reflexiones por demás promisorias sobre los deseos, las pasiones y las irreverencias que queremos seguir inventando.

El fallo sentó jurisprudencia, ya que la prueba principal para el tribunal fue la palabra de la víctima, Gladys Mercado, conocida como “Pato”. No pasó desapercibido en la ciudad y en la provincia gracias al accionar de nuestra colectiva y a la sensibilización de un numeroso grupo de periodistas de distintos medios de prensa que trató el tema con especial cuidado. Muchas y muchos fuimos parte de esa batalla ganada a la justicia.

A continuación, transcribimos algunas notas que se difundieron en el principal diario de la región bajo la cobertura sensible del periodista Guillermo Berto y la columna Mujeres Terribles que integró nuestro Sin-Sostén del mes de octubre de 2006, escrita por nuestra amiga Mónica Reynoso.

Diario Río Negro- 21/09/06

«Si lo dejan salir en libertad, me mata»

Lo aseguró la joven que denunció a su ex pareja por violación. Hoy leerán la sentencia. Habrá una manifestación frente a Tribunales. La fiscalía pidió 15 años de prisión. «Pato» tiene la esperanza que hoy condenarán a su ex pareja.

NEUQUEN (AN)- «Creo que si lo dejan salir en libertad, me mata. Es más, él no está arrepentido de lo que me hizo. Lo único que debe estar pensando es por qué no me mató y me hizo desaparecer».

Gladys tiene el triste privilegio de ser una de las pocas víctimas de violación marital que logra que el acusado llegue a juicio. Hoy al mediodía leerán la sentencia contra Alberto Enrique Gallone, su ex pareja, acusado de violarla en su propia casa a la que ingresó ignorando una orden judicial que le prohibía acercarse a la joven.

La fiscalía pidió 15 años de prisión para Gallone (40), quien está acusado de un rosario de delitos: «desobediencia de una orden judicial, tres hechos; en concurso ideal con violación de domicilio, tres hechos; en concurso real con abuso sexual doblemente calificado por acceso carnal y gravemente ultrajante».

El hecho ocurrió en febrero pasado, tal como informó «Río Negro» el lunes al revelar sus estremecedores detalles. El imputado está preso.

Ayer Gladys Mercado (26) le contó a «Río Negro» cuáles son sus expectativas respecto del fallo que dictará hoy al mediodía la Cámara integrada por Luis Fernández, Mario Rodríguez Gómez y Carlos Sierra. De paso anunció que para esperar la sentencia habrá una concentración organizada por el grupo feminista La Revuelta frente a los tribunales de Yrigoyen al 100, y otra simultánea en la plaza Sarmiento de Chos Malal, de donde es oriunda.

«Por mi vida pasó un huracán y me desarmó. Lo último que me hizo fue una de tantas, pero tengo 800 grabadas en la cabeza», dijo Gladys, a quien todos conocen por «Pato». Agregó que «si lo condenan, para mí significa que por unos años voy a vivir tranquila, sin el miedo que tengo ahora a que aparezca en cualquier momento».

Relató que comenzaron a convivir a fines de 2000, y en 2002 presentó la primera denuncia por violencia familiar. «Tiene 4 ó 5 exclusiones del hogar pero siempre le daban otra oportunidad, me llamaban para hacer acuerdos… tuve una clara desprotección hasta que pasó esto».

Gallone «me decía que no podía manejar sus impulsos, pero nunca le hicieron tratamiento» y «nunca me pidió perdón. Decía que yo no entendía nada, que yo estaba equivocada».

Gladys tiene tres hijos: de 5 años (una niña que sufre parálisis cerebral), 4 y 2. «El último embarazo fue por una violación de él», relató.

A pesar de la convivencia, Gallone es casi un desconocido para «Pato». «A veces aparecía en casa con 4 ó 5 mil pesos, yo los tenía que guardar, al poquito tiempo me los pedía y desaparecían. Una vez me dijo: estoy muy presionado, no te puedo contar porque no te tengo confianza». El hombre es técnico electrónico.

Por último apeló a los jueces que hoy dictarán sentencia. «Que se pongan una mano en el corazón. Yo no tengo razones para mentir ni puedo haber inventado todo. Para mí no es grato hacerme conocida por esto. ¿Qué beneficio puedo sacar?»

 

Diario Río Negro – 22/09/06

Once años por violar y ultrajar a su ex pareja

Condena unánime por «abuso sexual agravado». La víctima quedó «moderadamente conforme». El colectivo «La Revuelta» acompañó a «Pato», pintó consignas y celebró la sentencia

NEUQUEN (AN)- La justicia condenó ayer a 11 años de prisión a Alberto Enrique Gallone, el hombre que en febrero pasado encerró a su ex pareja en una habitación y durante cinco horas la golpeó, violó y sometió a toda clase de ultrajes. El fallo fue recibido con alivio por Gladys Mercado, la víctima, y festejado por la organización feminista La Revuelta que ayer organizó una ruidosa manifestación en la puerta de la Cámara Penal que dictó sentencia. «Señores jueces, crean en la palabra de las mujeres. Ninguna hace una denuncia porque sí. Este es un bestia, un animal, un torturador», dijo apenas conocida la resolución Ruth Zurbriggen, vocera del grupo. Gladys, a quien todos conocen por «Pato», no pudo hablar por la emoción. Se retiró llorando abrazada a sus familiares que hicieron saber que está «moderadamente conforme». Gallone (40) fue condenado por «abuso sexual agravado por acceso carnal» y por haber desobedecido tres veces sendas órdenes judiciales que le impedían acercarse a «Pato» (26) con quien convivió cinco años.

El fallo fue dictado ayer al mediodía en forma unánime por la Cámara Primera que integran Luis Fernández, Mario Rodríguez Gómez y Carlos Sierra. La pena aplicada es inferior a los 15 años de prisión que había reclamado la fiscal Elba Burgos Gallardo de Juárez Truccone. La prensa no tuvo acceso a la sala ni al contenido del fallo por las características del delito. Así, el fallo sólo lo escucharon «Pato», Gallone y la fiscal. Como informó «Río Negro», la violación ocurrió el 3 de febrero pasado. Gallone se acercó a la vivienda de su ex pareja, ingresó por la fuerza, la encerró en la habitación y la sometió a toda clase de vejámenes hasta las 6 de la mañana del día siguiente, en que se fue a trabajar «como si nada», según relató «Pato». La misma víctima contó los padecimientos que sufrió: Gallone le aplicó trompadas y patadas en todo el cuerpo, la quemó con cigarrillos, la obligó a beber su micción y la penetró en forma anal con un desodorante. Antes, encendió un equipo de música y el televisor con el volumen alto para que los vecinos no escucharan. En cuanto a los tres hijos de la pareja, de 5, 4 y 2 años, «se despertaron pero él los mandó con un grito de vuelta a la cama», dijo «Pato». Añadió que Gallone «me dijo quiero ver sangre, quiero que en tu cuerpo quede una marca», y que cuando terminó su faena agregó: «te habrán hecho cosas peores». Luego la obligó a que le preparara algo para cenar. «Pato» mantuvo en silencio lo que había ocurrido e hizo la denuncia recién seis días después. El médico forense que la revisó pudo constatar, a pesar del tiempo transcurrido, las graves lesiones de su cuerpo. Horas antes de conocerse la sentencia, la joven le había dicho a «Río Negro» que tenía esperanzas en que lo condenaran. «Si lo dejan salir en libertad me mata. Es más, él no está arrepentido de lo que me hizo. Lo único que debe estar pensando es por qué no me mató y me hizo desaparecer», fueron sus palabras. Ahora estará un tiempo tranquila, podrá ocuparse de la grave enfermedad de su hija mayor y volver a su Chos Malal natal, con su familia que sufrió tanto como ella.

 

Una creativa manifestación esperó el fallo

NEUQUEN (AN)- «Mujeres, anímense a denunciar»; «Estamos hartas de que duden de nuestra palabra»; “Basta de juicios sexistas», fueron algunas de las consignas pintadas en la puerta de la Cámara Criminal por el colectivo feminista La Revuelta. Su jugada más provocadora fue colgar decenas de desodorantes con la frase «arma de tortura del violador» y «cuando el pene no alcanza…». «Pato», la víctima de violación, se acercó a La Revuelta en su momento de mayor desamparo, cuando ninguna instancia institucional la protegió de lo que ella venía advirtiendo que iba a suceder. El grupo feminista hizo de su caso una bandera, la acompañó la semana pasada durante el juicio oral e hizo una intensa campaña de difusión para que la sociedad tomara partido.

Ayer al mediodía se instalaron en la vereda de la Cámara Criminal, en Yrigoyen al 100, pintaron graffitis con sus consignas, colgaron los desodorantes, se pasearon entre los autos con otros de cartón de gran tamaño, aturdieron a los jueces con sus reclamos de una fuerte condena (al menos hasta que se les rompió el micrófono) y, finalmente, lloraron al conocer el veredicto. Nadie que haya circulado ayer al mediodía por el microcentro neuquino pudo ignorarlas. Muchos se detenían a leer los carteles para conocer el caso, y algunas mujeres se acercaron espontáneamente. «El día que me enteré lo que le hicieron a esta chica no pude dormir», dijo una mujer a «Río Negro», que se acercó para solidarizarse con «Pato». También estuvieron dirigentes de ATEN, como Marcelo Guagliardo y Silvia Venero. La manifestación fue ruidosa y creativa, y en ningún momento se generaron incidentes. Hasta hubo escenas cómicas, por ejemplo cuando las mujeres rociaron con desodorantes a los policías que custodiaban el ingreso a la cámara. Ante cada móvil que estacionaba en esa cuadra, las militantes lo rodeaban como una nube preguntando «¿acá traen a Gallone?».

Foto Art Pato

Las cosas en su lugar

NEUQUEN (AN)- Todas las semanas se denuncia en esta capital algún tipo de abuso sexual, desde un manoseo hasta una violación brutal. En la inmensa mayoría de los casos la víctima es mujer, menor de edad, y el autor es un conocido o familiar. Pero nadie se atreve a afirmar que no existan, acaso con la misma escalofriante regularidad, esa otra clase de hechos como el que le tocó padecer a «Pato»: la violación por parte del propio marido. Por diversos factores, entre los que se incluye el cultural, pocos de estos casos llegan a oídos de la justicia. Si la violación marital no es delito en sí mismo para el Código Penal, se debe en parte a que existe el concepto de débito conyugal, definido como «el derecho-deber a la prestación sexual recíproca» dentro del matrimonio. Hay autores que afirman que un hombre no puede violentar el derecho a la libertad sexual de su esposa porque ella, al casarse, aceptó limitar ese derecho. Fallos como el conocido ayer ayudan a poner las cosas en su lugar: nadie tiene derecho a exigir del otro lo que el otro no quiere hacer.

 

Columna MUJERES TERRIBLES en Sin-Sostén del mes de Octubre’06

LA PATO & CO.

¿Cómo pudo? ¿Cómo alguien puede encarnar tanto salvajismo? ¿cómo se puede ser tan cruel? La Pato es menuda como una niña. Abrazarla es abrazar una corriente suave de aire: es casi incorpórea. Tiene manos delicadas, dedos largos y pálidos. Y pálido el rostro de ojos somnolientos, hartos de ver, hartos de no querer ver más. Es tan frágil la Pato. Y tan fuerte.

Sale de escuchar la sentencia y parece desgajarse. Está exhausta. Quizás podrá dormir ahora que llegó la justicia y al fin habrá una distancia entre su cuerpo breve y la enormidad del sadismo viril. Juntará los pedazos, reunirá a su cría y se dejará confortar por sus hermanas en el calorcito del hogar, lejos de la pesadilla.

“Lo hago por un montón de mujeres que hoy están callando y la han pasado tan mal como yo; algunas no llegaron a contarlo”, dice, sabedora de que las mujeres sufren y callan. Pero sabedora también de que si se amontonan, las mujeres son un torbellino poderoso capaz de todo. A la Pato la buscan de las radios, la tele la entrevista, sale en el diario. Por el escándalo de mujeres indignadas frente a la Cámara que juzga al agresor salta a la luz, se hace visible y es materia de conversación el tormento interminable de la Pato. Es difícil separar el peso de la sentencia de la indignación callejera. Si nadie la hubiera acompañado ¿habría resonado igual la denuncia de la víctima? La Pato, pequeña y harta y victoriosa, enseña que hay que hablar claro y alto, y vencer el miedo. Que la vergüenza es para el otro, no de ella. Que a veces demora y falta, pero la justicia llega. Que juntas somos más.

(Después de cinco años de violencia marital, Gladys Mercado, Pato, denunció a Alberto Gallone. Basada en el testimonio de la víctima, la Cámara Criminal Primera de Neuquén lo condenó a once años de prisión efectiva por abuso sexual calificado, entre otros delitos. La sentencia se conoció el día de la primavera).

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