En este espacio se irán sucediendo relatos de vidas de mujeres que, como muchísimas otras, han dejado huellas para que desde nuestro presente histórico, desde nuestro contexto geopolítico, podamos acompañarlas, retomarlas, continuarlas, desviarlas.
Nos interesa hacernos cargo de herencias como la igualdad, la diferencia, la radicalidad, la supresión de las opresiones, las discriminaciones, las exclusiones. Hacernos cargo que lo personal puede convertirse en político si actuamos colectivamente. Hacernos cargo que habitamos un cuerpo pero que lo trascendemos…
Hacer genealogías para nosotras, feministas, no significa buscar algún origen que como una suerte de canon marque nuestro devenir. Las mujeres que nombramos, ubicadas en sus espacios particulares, siguieron sus intuiciones, escucharon y hablaron desde las pasiones, atendieron sus razones, produjeron acontecimientos.
Estasmujeres no guardan una relación directa, continua, entre ellas ni con nosotras, pero todas somos fragmentos que vamos cocinando el antídoto contra el heteropatriarcado.
Como dice Victoria Sendón de León (en su bloga; Casandra), para quienes hemos leído a Simone de Beauvoir, “ser mujer” significa todo un programa de vida, ya que “no se nace mujer, se llega a serlo”. Nacemos “hembra humana”, pero ser mujer supone superar lo biológico sin anularlo, claro.
Simone aspiraba a la “igualdad”, quizás hoy, dice Sendón de León, eso no tenga mucho sentido, aunque “tal vez en muchos momentos tuvo sentido, como cuando Olimpia de Gouges enarboló sus derechos de la mujer y de la ciudadana, pero hoy tendríamos que ponernos metas más sustantivas. Mientras estamos luchando por la igualdad nos olvidamos de que lo urgente y lo importante es cambiar el modelo de mundo, el paradigma viril por el que se rigen la igualdad y la diferencia mismas. Porque no creamos que reivindicar la diferencia supone partir de un paradigma político y mental superador del anterior. Todavía no”. Continúa diciendo que para ella ser mujer hoy significa: (…) concebir de nuevo el mundo, un mundo en el que tome cuerpo la equidad, la empatía, la sabiduría y la alegría de existir; levantar la enseña de la liberación, de la rebelión, de la libertad a la medida de lo humano; desplegar la inteligencia dormida, la experiencia viva, y los deseos latentes para la construcción de ese mundo que soñamos.
Junto con Victoria Sendón de León decimos:
Gracias Simone, seguiremos pensando, actuando, imaginando políticamente; seguiremos amando la libertad.
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