Sí se nace heterosexual. Y homosexual. Y bisexual. Y en una infinita variedad de orientaciones sexuales más o menos mezcladas. Además de nacer con una orientación sexual definida («Biología de la homosexualidad», Diego López Alonso, 2014, Editorial Síntesis) el entorno social siempre añade, modifica, matiza, la conducta humana. Toda la conducta es sensible al entorno. Pero no se puede cambiar de orientación sexual. Ni hay ninguna razón para hacerlo. Todas las orientaciones sexuales son respetables. Todas las sexualidades vividas/disfrutadas de mutuo acuerdo entre personas adultas son competencia exclusiva de ellas mismas. El derecho a la libertad no nace de una u otra interpretación científica de un hecho. El derecho a la libertad nace del respeto mutuo, de la tolerancia,… La sexualidad humana puede y debe abordarse desde una perspectiva científica pero, sea cual sea la conclusión científica que se alcance, ésta nunca determina. ni define, ni nos proporciona una norma de oro para regular socialmente nuestra sexualidad. Las normas, las reglas, el derecho, son consensos sociales que alcanzamos las personas democráticamente. La Ciencia nunca puede ser justificación de una ley. La ideología, que usa la Ciencia como coartada, es la que establece la ley. En suma, para hacer la defensa más extrema del derecho a vivir nuestra sexualidad, sea esta cual sea, no hace falta negar el origen biológico de los aspectos claves de nuestra sexualidad. Reply