Ivana Rosales: una víctima de violencias machistas que supo convertirse en activista en contra de las distintas formas de violencia. De todas. De las perpetradas por el macho Mario Garoglio, por el Estado y por su injustica sexista.
Ella lo supo, el príncipe azul no existe. El macho violento sí. Garoglio, ése que vive libre y camina entre nosotres.
Ella lo supo, todo lo que se puede hacer para desproteger a una víctima de violencia lo hizo, sistemáticamente, la (in)Justicia y el Estado neuquino sobre su cuerpo y su vida. Lo vimos suceder una y otra vez desde el 18 de abril de 2002, quedó en evidencia cuando los jueces que tenían que condenar a Mario Garoglio intentaban disminuir su culpabilidad en una clara apología del femicidio (por entonces la palabra no había aún calado hondo, por entonces se hablaba mucho más de crímenes pasionales y emoción violenta para explicar y justificar hechos aberrantes cometidos por los varones).
Ivana Rosales se supo abandonada por el Estado cada vez que éste no incentivó acciones para reparar el daño. El mismo Estado provincial que hoy, en una actitud que desborda hipocresía, decreta duelo y la reconoce como “una sobreviviente de la violencia de género, que convirtió su dolor y padecimiento en una lucha incansable”. Un día de duelo para lavarse las culpas. Repugnan.
El Estado que desoyó hasta ahora las recomendaciones de Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) -emitidas allá por el 2014- para avanzar en el proceso de soluciones amistosas, proceso articulado por el CELS como representante de Ivana Rosales ante la CIDN. El mismo gobierno provincial que nunca atendió seriamente al pedido tenaz de ella de convertir su casa en un refugio integral para mujeres víctimas de violencias como parte de las medidas de reparación. El mismo partido provincial que ni siquiera sostuvo económicamente las proyecciones que se hicieron en todo Neuquén de la película “Ella se lo buscó”. Ni una copia de la película distribuyó en las cientos de escuelas por las que Ivana dio charlas y gestó debates de la mano de la Secretaría de Derechos Humanos de ATEN.
No fue solo Mario Garoglio el que se ensañó con el cuerpo de Ivana y el de sus hijas. Fue todo el aparato estatal patriarcal que en 15 años no fue capaz de ensayar un camino de reparación y justicia real. Lo sabemos, el día de duelo decretado por el gobernador Omar Gutiérrez no traerá justicia ni reparación. Es tarde para eso. En vida nos merecemos gozar de reconocimiento y dignidad con medidas y políticas públicas concretas.
Abrazamos, con afecto feminista y revoltoso, a Abril. Lo hacemos ahora en un tiempo continuo que no se va a extinguir ni aún después de haber barrido con el machismo en este universo perverso de violentamientos y guerras femicidas. Nos encontramos con vos, Abril, en este fuego de brujas, que Ivana hizo arder por ella misma, por su vuelta a la vida después de 2002 y por todas las mujeres que fueron su causa personal y colectiva.
Colectiva Feminista La Revuelta- Neuquén, 7-9-17 Graciela Alonso: 299-4380036 / Ruth Zurbriggen: 299-4282357
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