En una publicación del día viernes 5 de enero, la página Women Are Europe, recopiló un trabajo audiovisual realizado por Socorristas en Red (Feministas que abortamos), con las estadísticas de acompañamientos durante 2016 y ofrece una síntesis del trabajo de compañeras aborteras en Chile, Ecuador, Perú, Bolivia y Uruguay .
A continuación reproducimos el texto, originalmente en italiano, disponible en la fan page de Womenareurope
«América latina #abortoseguroyfeminista
El aborto puede ser una experiencia de empoderamiento y de libertad si se realiza con seguridad y con el apoyo feminista. Es lo que piensan y practican las activistas de varias organizaciones feministas latinas en países con legislaciones muy restrictivas sobre la práctica del aborto.
Socorristas en red (Argentina), con las amigas y en la casa (Chile), las comuneras (Bolívia), las comadres (Ecuador), mujeres en el emergencia (Uruguay) Y SERENA MORENA (Perú) ayudan a las mujeres a acceder a las pastillas Para el aborto (Misoprostol), proporcionan información para un aborto médico seguro y las siguen por teléfono o casa durante todo el procedimiento. El mensaje prioritario de estas activistas, que dicen inspirarse en el feminismo de los 70, especialmente en el italiano, es: el aborto médico es seguro y el acceso a la información sobre la práctica es un derecho humano. A diferencia de lo que se podría pensar, estos colectivos no son ilegales, pero asumen públicamente la responsabilidad de ayudar a otras mujeres a abortar y, por paradoja, es precisamente esta visibilidad pública, junto con su posición política sobre el aborto, que las protege de Posibles represalias y reclamaciones y que, al mismo tiempo, permite a más mujeres conocer el servicio. Varias de ellas han experimentado el aborto, lo que le motiva aún más para infringir las leyes que criminalizan a las mujeres cuando ejercen su derecho a poner fin a un embarazo no deseado. Transgredir la ley quiere decir evitar a las mujeres una condena a la soledad, a la cárcel y, en el peor de los casos, a la muerte, si se tienen que utilizar procedimientos inseguros, pero también quiere decir de al «Mercado» de los abortos quirúrgicos ilegales que busca Sacar provecho de su salud. » No nos sentimos delincuentes porque que una ley que consideramos injusta – dice en una entrevista María, una de las activistas argentinas de socorristas en red – utilizamos la práctica como una reivindicación de autonomía y de ejercicio de la ciudadanía. Ayudar a abortar permite invertir todos los aspectos negativos que rodean el aborto, creando fuerza y potencia. El aborto es poder porque recupera la autonomía del cuerpo. Estamos construyendo un nuevo significado alrededor del aborto, moverlo desde el lugar oculto que lleva a la clandestinidad y la muerte. Nuestra estrategia de comunicación tiene que ver con la lucha por el aborto libre. La idea de fondo es instar a todas las organizaciones feministas a que crucen los límites impuestos por la ley, porque el feminismo no debería verse obligado a someterse a una lógica de estado. Con la experiencia del acompañamiento, también ponemos en tela de debate la producción de conocimientos científicos del modelo médico hegemónico. Nuestro activismo contribuye considerablemente a una creciente concienciación sobre la despenalización del aborto y su desclandestinizzazione y su eliminación social. Es una micro revolución.»
#Socorristasenred (feministas que abortamos) es una red de grupos y colectivos feministas activa en Argentina desde 2009, pero fue en 2012 que la red se creó a nivel nacional. Hoy puede contar con 47 grupos organizados que ya han acompañado a más de 7800 mujeres, 4 sólo en 2017. En promedio, ocho mujeres al día utilizan los servicios de la red. Reconocibles por las pelucas rosas que llevan en espacios públicos (el patriarcado atribuye pasivos al color rosa, nosotros lo utilizamos con el significado de fuerza, potencia para llamar la atención sobre lo que hacemos y construir otra subjetividad), las activistas tienen una edad media Que va de 22 a 26 años. El acompañamiento comienza con una llamada en la línea telefónica pública dedicada, a través de redes sociales o con un correo electrónico y continúa con una conversación en presencia, cara a cara (la reunión cara a cara en el espacio público nos permite deconstruir la idea del aborto Relacionado con la clandestinidad. Nos apropiamos del significado de la información como derecho). Más del 40 % de las llamadas llegan de médicos y médicos que son los principales socios de las socorristas y que, después del procedimiento, examinan el útero de las mujeres para comprobar si todo ha ido bien. Además, las socorristas están respaldadas por una red social para el derecho a decidir con periodistas que publican artículos y materiales sobre los medios de comunicación y de investigadores universitarios que ayudan a sistematizar los datos recogidos en los acompañamiento. #Conlasamigasyenlacasa » es un colectivo feminista lesbiano de Santiago de Chile, compuesto por más de 50 activistas, que desde agosto de 2016 acompañó a casi 4 mil mujeres en todo el país. En su página fb se lee en estos días de inicio de año todo el entusiasmo y la satisfacción por el camino que han logrado hasta ahora, sin pedir permiso a nadie, sin validaciones externas. Tres reuniones de autoformación que organizaron en 2017 junto con las redes de otros países de América Latina y de América Central: reunirse y compartir experiencias es uno de los elementos fundamentales de la práctica política de estos grupos, junto con los imprescindibles La Red de relaciones y la confianza mutua entre activistas y otras mujeres. Según vivosa, activista del colectivo chileno, la práctica del aborto médico con el apoyo feminista crea una conciencia que tendrá un impacto también en la asistencia estatal cuando el procedimiento sea legal: » independientemente de la ley, tenemos una estrategia para el aborto. Cuando se haya legalizado, las mujeres pedirán un procedimiento como éste y no sufrirán las condiciones impuestas por el estado, porque han conocido métodos más seguros. El aborto quirúrgico utilizado en los hospitales ya no es necesario, es más caro, hace difícil el acceso.» Al igual que con todos los grupos latinoamericanos que trabajan para un aborto médico seguro y feminista, el mayor esfuerzo consiste en alcanzar con la red cada vez más mujeres, especialmente las más pobres y las más vulnerables. Nunca mas solas, nunca más culpables, nunca más con miedo. Seguimos acuerpadas, indignadas y felices»
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