Hace más de 10 días que las y los trabajadores autoconvocados de salud mantienen cortes en distintos puntos de la provincia. Uno de ellos, el más estratégico, está en Añelo, la capital de Vaca Muerta, desde donde todos los días salen millones de pesos en hidrocarburos. La comunidad mapuche, pobladores/as de alrededores, organizaciones sociales, acompañan la lucha y el piquete: les llevan comida, leña, abrigo; y también palabras de aliento. Las mujeres son las lideresas en muchos de los frentes.
Magalí Peralta es enfermera hace tres años, pero recién en el 2020, durante la pandemia, comenzó a ejercer su profesión. “Por un problema de convenio colectivo no me cambiaban de servicio. En el contexto de pandemia, por la necesidad de más enfermeros, empecé a trabajar como enfermera, que es mi profesión, la que amo”, cuenta, sentada a un costado del piquete en Añelo, el domingo 18/4. Empezó a trabajar como mucama en salud pública hace 22 años en Barrancas, consiguió un pase a Centenario, terminó el secundario y cuando nació su quinto hijo, Benicio, empezó la carrera de Enfermería.
¿Cómo es el trabajo en salud pública?
Nosotros trabajamos todo el año pasado, nos sacaron las licencias, nos dieron un bono de Nación. Y tuvieron el tupé de sacárselo a los compañeros que estaban enfermos. Nos quitaron hasta la dignidad de un bono de mierda. Laburamos todo un año sin ver a nuestras familias, a nuestros hijos. El sueldo no alcanza, algunes tenemos hasta tres trabajos, en el medio estudiamos, terminamos nuestras carreras. Queremos poder llegar a fin de mes, poder vivir de un solo salario. Esto que están haciendo ahora es atroz.
¿Por qué decidieron hacer un piquete en Añelo?
Empezamos votando un corte parcial hasta las 5 de la tarde, fue una votación dura, pero las asambleas son soberanas. La comunidad mapuche se acercó y nos dijeron que no podíamos aflojar, que nos acompañaban, así que aceptamos su sabiduría. Esa noche cortamos en Fortín de Piedra, no teníamos nada, solo reposeras y algo de abrigo. La noche siguiente nos organizamos mejor, y empezaron a venir más compañeros. Se empezaron a sumar, no de a poco, sino como una gran masa, arrastrando la bronca de tantos días de lucha sin respuesta por parte del gobierno.
Elegimos este lugar porque es el punto clave donde está toda nuestra riqueza, desde donde se llevan todos los días millones de dólares que no vemos. Añelo no tiene red de cloacas, ni de gas, ni de agua. Es el punto central de Vaca Muerta pero se pasan muchas necesidades. Debería ser un lugar donde sobre de todo. Eso nos movilizó.
¿Cómo respondió la comunidad al reclamo?
De a poco fuimos uniendo fuerzas con compañeros y compañeras de otros sectores, hoy estamos más fuertes que nunca, la comunidad nos apoya, el agradecimiento es total. Compañeros de las empresas petroleras también, aunque hay sindicatos burocráticos que no les permiten acompañarnos. Nos han apoyado organizaciones de todos los sectores, traen comida, leña, vienen a acompañarnos en el corte.
Esta lucha no es solamente por nosotros, ni por un salario, sino por la salud pública que está deteriorada, tanto como la educación, el acceso a la vivienda. En una provincia que es tan rica, millonaria, se llevan toda nuestra riqueza de recursos al exterior. Los pobres siempre son más pobres y los ricos, más ricos. El laburante es quien siempre sufre.
¿Cuál es el rol de las mujeres en esta lucha?
Valoro en esta lucha la fortaleza de las mujeres que siempre estuvimos al frente, en la primera línea, organizando, buscando respuestas. En mi caso, soy mamá sola, mis hijos se quedan en casa, quiero criar hijos valientes, independientes. La fortaleza que tenemos es única. No nos vamos a ir de la ruta, hasta tener una solución, estamos totalmente convencidas de eso.
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