Una de las barreras para que las personas que cursan embarazos que decidieron no continuar accedan a un aborto es la llamada objeción de conciencia. Por este motivo se presentó el documento “Interrupción legal y voluntaria del embarazo: propuesta para la formación de especialistas en ginecología y obstetricia”, que tiene como finalidad ser una herramienta para incorporar en la formación de residentes los procesos de aborto, post abortos, ILE e IVE.
“El aborto es un conocimiento devaluado en el ámbito de la ginecología y la obstetricia de Argentina, es un concepto de baja categoría académica, nadie lo estudia ni aprende con ganas. Tiene una alta prevalencia y una alta carga de enfermedad dentro de la atención gineco-obstétrica, pasa todos los días en los servicios de salud en Argentina. Sin embargo, es un contenido que nadie se preocupa en estudiar, actualizar e investigar”, afirma Gabriela Luchetti, médica gineco-obstetra de Neuquén, y profesora adjunta en Ginecología y obstetricia en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad.
Al ser un concepto poco estudiado, estereotipado y con cierta carga negativa dentro de las instituciones médicas, la interrupción voluntaria del embarazo suele negarse u obstaculizarse bajo una objeción de conciencia asociada a un gran desconocimiento. “Nadie puede objetar lo que no conoce”, dice Luchetti. Y hacia ese aprendizaje se encamina el documento que fue coordinado por Agustina Ramon Mitchel (Investigadora asociada del área de salud del CEDES), y elaborado por Luchetti junto con Roberta Ladenheim (médica), Sonia Ariza Navarette y Guadalupe Páez Callejas (abogadas). Fue publicado desde el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) con el apoyo de Ipas, con el objetivo de que circule en los espacios vinculados a la formación de especialistas en ginecología y obstetricia: residencias universitarias, residencias de sistemas de salud de las provincias, las sociedades que agrupan a estos especialistas. “Es un insumo, incluye una propuesta de cómo armar un programa que incluya este tema correctamente, desde el primer día”, explica Luchetti. Está dividido en tres partes: una introducción, un estado de situación sobre el aborto en las residencias médicas, y una propuesta para incorporar la interrupción voluntaria y legal del embarazo en las residencias.
La objeción de conciencia está incluida en la ley que garantiza el derecho al aborto, se reconoce allí como un derecho pero como bien remarca Luchetti debe ser regulada. “Hay que darle el espacio a quienes tienen dudas y reparos, para que se transite ese aprendizaje, viendo lo que les pasa a las mujeres en el territorio y sensibilizándose sobre el tema. Si después de transitar todo eso se sigue rechazando la práctica, será realmente un objetor u objetora. Pero lo que en verdad sucede es que hay una baja calidad de atención e interferencias con el acceso de las mujeres al derecho al aborto”, sostiene Luchetti. De hecho, asegura que a pesar de la ley muchos/as profesionales de la salud no lo consideran un derecho. “Hasta hay una gran resistencia a estudiar las guías clínicas hechas por el ministerio de Salud de la Nación, que existen desde 2005 (actualizadas en 2015 y 2021). Se niegan a usar por ejemplo la aspiración manual endouterina, y siguen usando el legrado”, citó como ejemplo la médica.
En el hospital Heller de Neuquén, donde hay formación de residentes en Ginecología y Obstetricia, se viene trabajando hace un largo tiempo en incorporar en la currícula los procesos de aborto, post aborto, ILE e IVE. Katerina Milone, es médica e instructora de la residencia en tocoginecología en ese hospital. “La tocoginecología es la especialidad en la que más frecuentemente se da la objeción de conciencia a la práctica del aborto, por lo que es fundamental incluir desde los inicios de la formación los conocimientos necesarios para brindar servicios de calidad”, explica. En su experiencia durante sus primeros años como residente vio una escasa o nula participación en los procesos de aborto, pero sí se fue incorporando con el correr de los años los conocimientos necesarios para los acompañamientos de interrupciones de embarazo. “Actualmente estoy como instructora de la residencia. Desde los primeros años se incluye a la atención de los procesos de aborto, la consejería en opciones, el aprendizaje de tratamientos médicos como quirúrgicos de mejor calidad, atención de post aborto y anticoncepción, como una práctica más del servicio”, remarca.
La ley por sí sola no garantiza el cumplimiento de un derecho. Milone destaca que “hay que avanzar en la implementación, la capacitación y sensibilización en relación a contenidos de la ley, y también en proveer insumos médicos para brindar tratamientos de calidad”.
Este tipo de iniciativas aportan a que la legalización del aborto sea una realidad en los hospitales, clínicas y salitas de salud de todo el país. “Este documento parte de mejorar la viabilidad de la ley, de llevarla a la gente, y es una apuesta –como mínimo- a mediano plazo”, concluye Luchetti.
Podes ver y descargar el documento acá
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