“Un paso atrás, no me toques”, canta Chizzo Náppoli en el tema Hielasangre de La Renga. Las pibas se lo apropiaron y así nombraron la cuenta de Instagram donde denuncian abusos en los pogos y recitales de las bandas de rock argentinas.
Yésica Prado, tiene 29 años, estudia Artes Plásticas en la Facultad de Arte de la Universidad Nacional de La Plata, y es una de las impulsoras de esta movida de denuncias y visibilización dentro del rock. “Queremos frenar con los abusos y la opresión por parte de los varones en los shows, en los pogos, con esto de no poder estar tranquilas porque te meten mano, te tocan sin consentimiento. Elegimos la frase de Hielasangre: ‘un paso atrás, no me toques’ con la que un montón de pibas se sintieron identificadas, y armamos un colectivo muy grande con chicas de todo el país”, cuenta.
Como parte de un trabajo para una de las materias de la carrera Yésica tenía que presentar una propuesta participativa que invite a determinada cantidad de personas, con un método de intercambio refiriendo a un tema o problemática social. “Se venían los tres recitales de La Renga, soy muy seguidora, y hacía poco había empezado a participar de un grupo de pibas que se llama Insoportablemente Vivas que se reunían y organizaban para dar alojamiento y atender a otras pibas que venían solas o no conocían la ciudad. A partir de lo que contaban sobre la inseguridad, la vulnerabilidad de las pibas en el pogo, nos vimos interpeladas por cosas que nos pasaban por igual. Y se me ocurrió hacer una red social que recopile esos testimonios y hacer una propuesta participativa”.
El impacto fue más de lo que esperaban, tienen más de 15.700 seguidorxs en Instagram y las denuncias trascendieron los pogos de La Renga, para llegar a otras bandas. “Hace unos días estuvimos en el recital de Los Gardelitos, Eli (Suárez) recibió nuestro pañuelo, nos nombró en todo el recital, recalcó que el rock tiene que tener perspectiva de género. Nos emocionan estas cosas que se expandan en todas las bandas”, cuenta Yésica.
Yésica sostiene que la ley de Educación Sexual Integral es una de las herramientas que posibilita visibilizar abusos, contarlos y difundirlos. “Lo que habilitó a las pibas a denunciar es ver que no solo te pasa a vos, que no estás loca, que nos pasa a todas. Desde que está la ley muchas nos dimos cuenta que naturalizamos y minimizamos que nos toquen sin consentimiento, que nos digan cosas en la calle, que se aprovechen que estás sola”, agrega.
Los abusos sexuales ocurren en todo tipo de espacios, vínculos y situaciones, pero pocas veces salen a la luz. Movimientos como el #MeToo (de denuncias de abuso y acoso en la industria cinematógrafica) y #MiraComoNosPonemos en Argentina, ponen sobre la mesa la violencia sexual hacia las mujeres e identidades no binarias. Yésica sostiene que dentro de la cultura del rock and roll “los abusos suceden porque es un espacio muy machista, donde las mujeres no tienen lugar. La mayoría ve a la mujer como un objeto sexual de consumo. Es algo que queremos deconstruir. Es horrible tener que ir a un recital a cuidarte de que no te pasen estas cosas. Queremos disfrutar un pogo tranquilas”.
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