El 35° Encuentro Plurinacional de mujeres, lesbianas, trans, travestis, bisexuales, intersexuales y no binaries, organizado en la ciudad de San Luis el fin de semana del 8, 9 y 10 de octubre, contó por primera vez con talleres para niñeces y adolescencias que fueron coordinados por elles mismes. Sin duda fueron espacios donde se abordaron temas urgentes, habitados por rondas en las que resonaron palabras para conjugar un presente que les incluya.

Por Laura Rosso

Olivia tiene 15 años y viajó desde Neuquén a San Luis con La Revuelta, quienes la acompañaron en esta primera experiencia feminista fuera de su provincia. Oli ya había participado de marchas, de hecho, señala que su primera marcha con una organización feminista fue con La Revuelta. “Antes había marchado con mi mamá y sus amigas”, dice, y suma que al feminismo le fue dando más significado con los años. “La Revuelta me acompañó mucho en este proceso de crecimiento en el mundo feminista”, subraya desde su casa, recién llegada del colegio.

Los espacios de debate que se abrieron en los talleres fueron, sin duda, un lugar de puesta en común. Les adolescentes contaron sus vivencias y debatieron cuestiones claves para su vida cotidiana. Fue en el Taller de Adolescencias Libres, donde debatieron sobre la necesidad de crecer libres, sin violencias ni discriminaciones. “Hablamos de muchas problemáticas adolescentes, de adultocentrismo, y distintas actitudes que vemos de los adultos que no están copadas”, apunta Oli. A ese taller, llegaron jóvenas de Mendoza, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires y fue el sitio en el que lograron trazar cruces que fueron fundamentales para la construcción de sus subjetividades, donde compartieron herramientas y acciones concretas que les ayudaron a enfrentar las problemáticas que les atraviesan. Dar testimonio y compartir ideas, así se conocieron y empezaron a entrelazarse. “Ahí me hice dos amigas y tenemos un grupito de whastapp en el que seguimos hablando”, cuenta Oli.

Oli dice que la sorprendió la manera en que se organizaron en el taller y también le gustaron los temas que abordaron. “Compartimos las problemáticas que hay en cada escuela y que nos pasan a todes aunque vivamos en distintos territorios. El Encuentro me dejó con las ganas de poder actuar, con la adrenalina de querer hacer cosas. Cuando volví quería hacer de todo, organizar distintas actividades, ver a las revueltas todos los días”, sonríe Oli desde el otro lado del celular.

Esa adrenalina de la que habla Oli, se traduce en esperanza, alegría y fuerza: “Tengo ganas de hacer un consejo adolescente acá en mi barrio, para que se escuchen las voces de les adolescentes”, cuenta. Y agrega: “En mi escuela no hay muchas ganas de los profesores de investigar sobre las demandas de les alumnes, solo vemos ese compromiso en las profesoras de Convivencia”. De alguna manera, Oli habla de algo que falta en las escuelas. Más información y capacitación de profesoras y profesores que
sería necesaria para abordar temas de las adolescencias, como trastornos de alimentación, ataques de pánico, estereotipos y roles de género, noviazgos violentos, identidades sexuales, abortos y violencias machistas, eso sumado a la falta de implementación de la ESI (Educación Sexual Integral).

“Me gustaría ser socorrista y seguir en La Revuelta”, revela Oli sobre el final de la charla. Y ese entusiasmo se contagia en la trama de pibas que comparten debates y empiezan a sentirse parte del activismo socorrista.