Se cumplieron 25 años del primer triple femicidio en Cipolletti. La lucha por el esclarecimiento sigue firme, así como la memoria de las chicas y el reclamo de una vida libre de violencias. Este 25 de noviembre continuarán las acciones callejeras y colectivas en el Espacio Intercultural “Graciela Alonso”.

El triple femicidio de Verónica Villar (22), María Emilia González (24) y Paula González (17) sacudió el Alto Valle entre el 9 y el 11 de noviembre de 1997. “No nos querían recibir la denuncia, nos decían que teníamos que esperar 48 horas, nos pedían un abogado penalista. Los primeros que salieron a buscarla junto a nosotros fueron sus compañeros, estudiantes, la comunidad, y por último la policía para hacer algo de circo. La policía actuó muy mal”, recuerda Ofelia Villar, mamá de Verónica. “Fue un domingo al mediodía, por lo general se almorzaba en el patio, se hacía un asado. Ese día después de almorzar llama María Emilia y le dice ‘Verónica vení, que estamos solas, que mis padres se fueron a almorzar a lo de un tío en Neuquén´, así que se fue para allá, iban a pedir un helado”, fue lo último que supo, las últimas horas con ella. Verónica y María Emilia habían cursado hasta tercer año del colegio secundario, eran amigas y vivían a tres cuadras.  

El 11 de noviembre un vecino que estaba participando de la búsqueda encontró los cuerpos semi enterrados en una zona de arbustos conocida como “Los Olivillos”. “No tenemos ningún testigo presencial. La policía implantó tanto terror que la gente no habla porque la persona que habló sobre cómo actuó la policía al detener a los presuntos culpables apareció decapitada y sin un brazo. Hay una impunidad tremenda, por eso hay que seguir con la memoria, la lucha y la denuncia pública”, asegura Ofelia. El único condenado fue Claudio Kielmaz, quien cumple una pena de prisión perpetua por considerarlo “coautor del secuestro agravado y reagravado seguido de muerte”.

“Primero hubo que hacer el proceso del duelo, porque cuando suceden los hechos no se puede entender lo que pasó, porque se fueron muy rápido. Y después había dos opciones: quedarse llorando atrás de la puerta, o salir para sacarse ese dolor y convertirlo en lucha. El poder político quería que nos quedemos en nuestra casa, que no molestemos y darnos el resarcimiento económico que es lo que la familia Villar no aceptó”, reflexiona Ofelia.

Cada aniversario se realiza una marcha para exigir justicia, para desenmascarar las tramas de poder que implican a funcionarios y policías. “Más lucha y rebeldía”, fue la consigna al cumplirse 25 años del triple femicidio. “La movilización estuvo muy emocionante, muy fuerte, muchas personas valientes que salieron a la calle a acompañar este reclamo, no solo por María Emilia, Paula y Verónica sino por todas las mujeres asesinadas en la ciudad”, afirma Ofelia.

En 1997 no se hablaba de femicidio, no había #NiUnaMenos, ni #3J, ni #8M. Sí había mujeres como Ofelia, rebeldes y valientes, que no se conformaron con el relato del poder, ni con el juicio que condenó a Kielmaz, ni siquiera con el paso de los años. Acompañada por organizaciones de mujeres, feministas, de derechos humanos, de jóvenes y estudiantiles Ofelia marcha cada noviembre para mantener viva la memoria de su hija: “(Verónica) Está en toda la juventud valiente que sale a denunciar esta injusticia. En cada sonrisa, en cada mirada, en cada movilización que hacemos, la alegría que le ponen, el recuerdo está en esa juventud tan valiente que sale todos los años a defender el derecho a la vida y a vivir sin violencia que son derechos humanos”.

Las acciones por una vida libre de violencia continuarán este viernes 25 de noviembre, día de Lucha contra las Violencias Machistas, con una “Feria popular, feminista y transfeminista” en el Espacio Intercultural Graciela Alonso (Ex Arcos Romanos) de Neuquén. Será de 17 a 20.30 y habrá venta de productos, juegos, intervenciones, radio abierta, música, poesía. En Cipolletti la convocatoria es a las 18 hs en la Plaza de la Justicia.