El autor y director de la película “Yo nena, yo princesa” estuvo en Neuquén y reflexionó sobre la película en el noveno aniversario de la ley de Identidad de Género.

“Es una película cada vez más aquerenciada, muy buscada y pedida, inclusive para la ESI, y esto está vinculado a que desde la producción y la dirección logramos que sea apta para todo público”, afirma Federico Palazzo, director de la película “Yo nena, yo princesa”, estrenada en 2021, que narra parte de la vida de Luana la primera niña trans en adquirir un DNI con su identidad de género autopercibida. “Invita a que la familia completa pueda sentarse a verla, a debatir. Y para las personas que les toca más de cerca es una fuente valiosa para que cada familia pueda comenzar su camino -como ha sucedido en muchas oportunidades- con respecto a algún hije, hija, hijo, que esté atravesado por el grito identitario de la autopercepción de género. El respeto a la diversidad es el gran tema de la peli”, agrega.

El reparto además de estar integrado por figuras de la industria del cine nacional (Eleonora Wexler, Juan Palomino, María Onetto, Paola Barrientos, entre otres), es el primero que cuenta con la actuación protagónica de una niña trans: Isabella G. C. “La elección de una niña trans para llevar adelante la película tiene que ver con ser respetuoses/as/os con el proceso identitario que la película iba a reflejar. Nada más auténtico y legítimo que empezar de la manera correcta, hacia adelante, no hacia un costado. No quiero hablar de caso, porque es una palabra que tiende a patologizar y aquí no hay ninguna patología. Hubo mucha preparación para que Isabella no se vea vulnerada en ningún momento y que pueda entrar y salir del personaje desde un espíritu lúdico, para que actuar no sea otra cosa que jugar, aun cuando tenía que decir o hacer cosas que podía ir en contra de su legítima identidad de género en el proceso transicional que el personaje iba viviendo”, explica Federico.

La ley de Identidad de género (26.743) fue sancionada el 9 de mayo de 2012. En su artículo primero define que “se entiende por identidad de género a la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género, como la vestimenta, el modo de hablar y los modales”. En lo concreto, se trató de un avance en materia de derechos identitarios para la comunidad trans al establecer que “toda persona podrá solicitar la rectificación registral del sexo, y el cambio de nombre de pila e imagen, cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida”.

“Me atrae la empatía, la posibilidad de bregar por un mundo más justo desde la acción, de hacer algo, de sentirse útil, del pequeño milagro de lograr que la tarea que llevamos adelante desde la industria audiovisual tenga un correlato válido con el tiempo en que vivimos”, reflexiona Federico sobre los motivos que lo llevaron a realizar esta película. “Creo que el cine aporta a la temática de género y derechos de una manera significativa. Considero a la ficción como una auténtica y legítima herramienta de cambio, de información y también de reflejo de quiénes somos, qué somos y lo que podemos hacer por nosotros mismos”, agrega.

“Yo nena, yo princesa” se proyectó en el auditorio del Museo Nacional de Bellas Artes de Neuquén, el martes 9 de mayo, como parte de las actividades por el aniversario de la ley. Federico participó de un conversatorio que se realizó luego de la proyección. La película ha recorrido distintos festivales internacionales (Canadá, Estados Unidos, Europa) y nacionales (Premios Sur, Cóndor de Plata, Cine a la Vista, entre otros).