#3J: Intervenir el espacio callejero como acto político

Si una camina, bicicletea o conduce por la calle Julio “asesino” Roca pasando la Escuela Nº125, del lado izquierdo, justo en la pared que linda con la entrada a las pistas de atletismo del Centro de Educación Física Nº1 (CEF 1) se va a encontrar con dos “Mostras”: dos seres imponentes, cabelleras hechas ríos que se entretejen, que se sostienen la mirada y se funden. Al costado, en rosa intenso se lee: “Ni una menos”. 

Mural Ni una menos de Ailin Tornatore. Foto: Florencia Castello.

De doce metros por cuatro, voluminoso, es uno de los tantos murales que se pueden ver en la galería a cielo abierto  – que es la calle – de la artista Ailin Tornatore. Esta última creación fue un pedido y un trabajo colaborativo con La Revuelta Colectiva Feminista para este #3J. “A partir de la invitación de La Revuelta”, cuenta Ailin, “empecé a pensar qué imagen para mí podía reflejar lo que pienso de esta fecha. Por eso, el mural tiene que ver con la idea de la sororidad, de la lucha como algo colectivo. Son dos personajes que están en calma, pero que a su vez tienen fueguitos que salen de adentro. También refleja la idea del acompañamiento como algo importante dentro de esta lucha y sobre todo en esta fecha”. Generalmente Ailin no incorpora palabras a sus murales porque la imagen, para ella, es central. Pero, en este caso fue distinto, sumó al costado, abajo “Ni una menos”: “Era muy importante que esta frase esté bien explícita como para que se comprenda, para que se lea todos los días”.

El mural se pintó de manera muy veloz en dos jornadas de nueve horas. Es que Ailin no estuvo sola, Las Revueltas la acompañaron, le cebaron mates y hasta pintaron colores plenos donde ella les indicaba. Incluso, la dirección del CEF acompañó con entusiasmo. “Es un espacio donde circula un montón de gente y de hecho, cada vez que estábamos pintando, pasaban infancias que preguntaban ¿Qué dice ahí?”. Ailin es consciente que el muro puede durar unos minutos, unos segundos o al contrario, varios meses. “Pero”, explica, “no importa la duración, siempre de alguna forma te impacta, te genera preguntas. Por ejemplo, ¿Qué significa “Ni una menos”? ¿O qué queremos recordar del 3J?”.

Este no es el primer mural que Ailin pinta con Las Revueltas, el primero fue en 2019, con la visita de Silvia Federici, autora de “El Calibán y la Bruja”. En aquella oportunidad dejó estampada la frase “Eso que llaman amor, es trabajo no pago” en uno de los pasillos del Instituto de Formación Docente Nº12.  “Creo que desde el arte, desde la imagen se pueden generar grandes aperturas hacia otros universos”. El muro para Ailin siempre genera algo en las personas: una reflexión, una sensación, o una pregunta. 

Mural Ni una menos de Ailin Tornatore. Foto: Florencia Castello.

La formación de Ailin viene de muy pequeña. Su madre, la bailarina Violeta Britos, le regaló hacer del arte parte de su cotidianidad. Y tuvo, desde chica, dos maestras artistas plásticas neuquinas: Ana Zitti y Stella Maris Provecho. Después hizo la carrera de Bellas Artes en Neuquén y al terminarla se encontró con su propia obra, su propio deseo. De la brocha, de los bocetos, empezaron a salir “Mostras”: “Son seres que están relacionados a la idea de monstruosidad desde un punto positivo”. Como lo interpreta la poeta y artista trans, Susy Shock, en su poema “Yo, monstruo mío” en el que dice: “Reivindico mi derecho a ser un monstruo y que otros sean lo Normal”. Y también como se refiere Paul B. Preciado que le quita lo peyorativo al monstruo. Estas “Mostras” tienen cuerpas gordxs, pieles oscuras, claras, azules, rosas, violetas y amarillas. Están en la barda, en el río, en conexión con el todo. “No le pongo género”, explica Ailin, “por eso hablo de seres, pueden tener una energía femenina, pero… no sé qué son. Cada uno le da su interpretación. Nacen como mujeres y después se transforman en esto que son “Mostras”, que pueden ser lo que sea y lo que quieran”.

Ailin va pidiendo paredes y las va interviniendo. Ahora una de sus “Mostras” se puede ver sobre Belgrano y Brentana. Otra en la Biblioteca Popular Espacio de Libertad y otra sobre la calle Crouzeilles, en el oeste neuquino. También una por la calle Chocón y otra sobre Linares al fondo que hizo con las chicas de ATTTA el 18 de marzo por el «Día Nacional de la Promoción de los Derechos de las Personas Trans”.

Mural Ni una menos de Ailin Tornatore. Foto: Florencia Castello.

La calle es el lugar privilegiado para La Revuelta. “Las revoluciones que queremos”, explica Ruth zurbriggen, “las queremos en todos lados, en las casas,  en las camas, en las salas, en los medios de comunicación, en los sindicatos, en las organizaciones, y la calle es la posibilidad de la acción directa”.

La calle para La Revuelta es el lugar donde se trabaja, se ocupa, salva, junta, hace bailar, hace sentir la fuerza de estar juntxs, para manifestar y crear el caldo activista donde se reconfiguran las energías y se ensanchan las miradas, los horizontes y posibilidades. “Siempre nos dijeron”, dice Ruth, “que nuestro lugar era el ámbito de lo privado y entonces parte de lo que hacemos al ocupar la calle es disputar en esa dicotomía privado/público. No porque en lo privado no haya que disputar, hay un montón que disputar. Pero la política feminista se hace también y muy especialmente en la calle”.

Por eso, este sábado 3J, las actividades propuestas por La Revuelta están en la calle. La primera cita es a las 11 en la intersección de Combate de San Lorenzo y Avenida del Trabajador para hacer nuevos murales. La segunda, a las 17, para marchar desde el Monumento a San Martín con la consigna: “Ni una menos, vivas, libres y desendeudadas nos queremos”.

1 thought on “#3J: Intervenir el espacio callejero como acto político”

  1. Vamos con esa fuerza arrolladora Revueltera!!
    Incansables luchadoras , acompañando siempre a todas y todes
    Abraxon

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