El miércoles 31 se realizó una nueva audiencia en la causa que investiga el femicidio de Otoño Uriarte. Un paso más para llegar al juicio que buscará determinar las responsabilidades de su asesinato. Fue una instancia muy esperada: Otoño desapareció el 23 de octubre de 2006 y seis meses después, el 24 de abril de 2007, fue encontrada muerta en el canal principal de riego en Fernández Oro. Hoy a 18 años de su asesinato aun se exige Justicia.
“Fue una audiencia que había sido solicitada hace casi un año y se venía pateando”, cuenta Camila Vautier, periodista feminsita de Feminacida, “de hecho, la audiencia de control tuvo una primera instancia que iba a ser virtual, pero no se presentaron la gran mayoría de los imputados. Así que por fin se pudo realizar esta audiencia que es el paso previo al juicio”.
Dentro de la sala estuvo la abogada de la querella Gabriela Prokopiw, la fiscal Teresa Giufrida, el juez Guillermo Merlo, el papá de Otoño Roberto Uriarte, su tío Silio, dos de sus hermanas, y los cuatro imputados: Germán Ángel Antilaf, Néstor Ricardo Cau, José Hiram Jafri y Maximiliano Manuel Lagos, con sus respectivas defensas.
Afuera, la calle, estuvo colmado. La Asamblea por Otoño realizó una vigilia durante las siete horas que duró la audiencia. Hubo música, se cocinaron tortafritas, hubo tambores con Río Jarana, hubo organizaciones feministas, maestras y compañeras de Otoño de volley, y vecino/a/es. También estuvo Ofelia Mosconi, mamá de Verónica Villar, una de las víctimas del triple femicidio de Cipolletti.
“En la vigilia estuvieron todos acompañando, sosteniendo la actividad”, cuenta Camilia, “tal vez”, piensa, “el momento más tenso fue cuando afuera se enteraron que no iba a haber juicios por jurados como había pedido la querella, sino que va a haber un juicio con tribunal convencional, con un tribunal técnico de tres jueces. Fue ahí que empezaron a sonar de nuevo los tambores, se empezó a cantar, a pedir juicio por jurados”.
18 años pasaron desde el femicidio de Otoño y aún, el Poder Judicial no puso fecha para el juicio. “Hay una sensación entre familiares y amigos de cansancio con todo el periplo judicial, con un expediente inmenso que poco se sabe sobre lo que pasó con Otoño”, sigue Camila, “la pregunta ¿Qué pasó con ella? sigue sin responderse. Creo que si bien ya la familia no espera Justicia, sí espera que la causa no quede en la nada”.
En la audiencia la fiscal Teresa Giuffrida señaló a los imputados Germán Ángel Antilaf, Néstor Ricardo Cau, José Hiram Jafri y Maximiliano Manuel Lagos como los autores de la privación de la libertad Otoño, el abuso sexual y el asesinato de la joven de Fernández Oro.
Por su parte, el juez Guillermo Merlo dictaminó que los acusados afrontarán un juicio por “privación ilegítima de la libertad con cuatro agravantes: duración en el tiempo, participación de más de tres personas, por ser la víctima menor y por el resultado muerte”.
Roberto Uriarte, el papá de Otoño en la audiencia tomó la palabra y pidió que la historia de su hija no quede en la nada. “Ese no quedar en la nada tiene que ver justamente con la memoria”, reflexiona Camila, “no olvidar, por la memoria de Otoño y de todas las pibas asesinadas en manos de femicidas. Las que conocemos sus nombres y las que no. Mientras estábamos en la audiencia, también nos preguntamos dónde está Luciana Muñoz – desaparecida en Neuquén desde el 13 de julio – y recordamos a las víctimas de los triple femicidios de Cipolletti”.
Camila es docente de secundario de una escuela de El Bolsón. Tuvo que pedir unos días en la escuela para poder venir desde El Hoyo a Cipolletti. Antes de viajar, le contó a sus estudiantes la razón de su viaje. Y ahí se encontró con preguntas que la dejaron pensando. Lo cuenta así: “les compartí a los pibes que me venía a cubrir la audiencia del caso Otoño, les pregunté si la conocían y la gran mayoría no la conocía siendo que Otoño pasó su infancia ahí en El Bolsón, y que hay mural de ella en la plaza, ahí en el punto de concentración para todas las marchas en general. Y se dio una conversación entre dos pibes de cuarto año, uno preguntó “¿qué diferencia hay entre femicidio y homicidio?” y el otro contestó: “el femicidio es porque las mujeres tienen más derechos”. Ahí nomás Camila intervino, con paciencia les explicó. Con quinto año le fue diferente: “muchos querían venir, se quedaron re enganchados con el tema”.
Camila cierra con una reflexión sobre la importancia de la audiencia del miércoles y de que el juicio finalmente se haga: “ni el caso de Otoño, ni los femicidios que nos atraviesan todos los días, pueden quedar en la nada, en el olvido, tenemos que recordar a Otoño y a todas las pibas asesinadas en manos de femicidas para que no vuelva a pasar”.
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