CASA ROSADA ENVIANDO SALUDO A NIÑOS

Por Mónica Reynoso

¡Feliz día del niño! proclamó el domingo Casa Rosada, que así firma, en un spot más aburrido y desganado que Adorni dando el parte diario a los periodistas. Javier Milei, que se agacha, felicísimo, entre alegres niños de inmaculado guardapolvo, es la última imagen de una serie de imágenes recontra usadas en viejas campañas electorales: niños felices, niños sonriendo, mucho celeste y blanco, alegría por doquier. Aunque no tanto de mirar como de escuchar es el impacto. Lo que retumba es el mensaje escrito: un tumulto de ideología.

Casa Rosada empieza por un “en este Día del Niño enviamos un afectuoso saludo a todos los niños de la República Argentina”. ¿Enviamos? ¿saludo afectuoso? Es la letra fría de una esquela diplomática. Señores Niños de la República Argentina. Su Despacho.

Luego, en medio de un bostezo, enuncia una frase tantas veces dicha que ya no significa nada: “Creemos firmemente que ellos son el futuro de nuestra nación”. ¿Te suena? El futuro… Lo nuevo es el tamaño del descaro de esta afirmación: “Por eso trabajamos incansablemente por su bienestar y el cumplimiento de sus derechos”. También es un cliché. Pero en boca de Casa Rosada, hoy, es una afrenta.

Si tiene ganas y tiempo, alguien puede imaginarse que Karina Milei el domingo 18 a la mañana se levantó como lo hace todos los días. Desayunó un limón recién exprimido, lo usual, con un puñado de semillas de lino, y dio de comer el primer kilo de bife de chorizo Premium a Thor, el perro recién llegado a Casa Rosada. Revisando después el clip de noticias que le manda Adorni o alguno del grupete de sus muchachos, Karina advierte que se le pasó por alto saludar a “el futuro de la nación”. Así que, ejecutiva como es, encomienda a alguno que no sea troll pero que se maneje con Word la redacción de un mensaje alegórico. Y salió esto.

Puede ese alguien suponer que el mensaje fue revisado con detenimiento por El Jefe. Y supone bien. Porque, igual que el 8 de marzo desmantelando el Salón de las Mujeres, emitiendo este texto inflamado de moralina y prejuicio y falsedad el gobierno dice lo que piensa sin importar la Historia y en desmedro de la verdad. La batalla cultural pese a quien pese.

¿Cómo dejar pasar así, sin más, que este gobierno “trabaja incansablemente” por el bienestar de los niños cuando Unicef acaba de denunciar que un millón de chicas y chicos van a la cama sin cenar o se saltean comidas, es decir, pasan hambre? Un video en Youtube refuerza la denuncia de manera estremecedora: una mujer acuesta, sin comer, a su hijo mientras lo engaña con que la heladera también necesita descansar. El niño no le cree. Mentira, dice. Y tiene razón: la heladera no está cansada, está vacía. ¿Sentirán algo quienes nos gobiernan ante este video, si es que lo ven? La ministra que acapara alimentos y frazadas ¿tiene algo para comentar?

Decir un millón de niños puede sonar abstracto. Hay que ver esa escena doméstica de la tragedia que representa no tener qué comer. Está recreada, claro, como la felicidad que trasmite el spot de Casa Rosada, pero está mejor intencionada. Más datos del hambre y la pobreza difundieron la Universidad Católica Argentina (el 62,9% de los niños y adolescentes son pobres y el 16,2% indigentes) y el Departamento de Economía de la Universidad Torcuato Di Tella, que estimó una tasa de pobreza del 50,2% para el semestre febrero-julio, con un pico del 54,1% entre febrero y marzo.

Pero no se relajen. El aviso oficial no termina con el “trabajamos incansablemente”. Agarrate, Catalina. “Nuestro propósito es que todos los niños crezcan en un ambiente sano y seguro, lejos de quienes promueven la ideología de género atentando contra su integridad”. Si se trata de mantener a los niños lejos de la “ideología de género”, lo primero que tendría que hacer este gobierno es acallar los mensajes de odio de tipos como Nicolás Márquez, Agustín Laje y varios tuiteros con nombre de fantasía que impusieron sus prejuicios en un término también de fantasía.

“La ideología de género se utiliza de manera negativa y despectiva para cancelar o desestimar la diversidad sexual y de género a la que se han ido abriendo las sociedades, las culturas y las naciones. Al denominarla ideología se hace referencia al carácter dogmático que se presupone respecto a las ideas de igualdad, empoderamiento y respeto de la vivencia personal de la identidad y la sexualidad. Se rechazan los movimientos feministas y de la diversidad argumentando que van en contra de la naturaleza y de la familia y que operan poniendo en peligro el orden social establecido. La ideología de género no existe como categoría dentro de las ciencias sociales, es un constructo que busca denostar las reivindicaciones de los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual”. (Tomado del Instituto de Mujeres del gobierno de México).

Finalmente, el redactor convocado el domingo copió y pegó, se podría decir que de un mensaje publicado el siglo pasado por el ingeniero Alsogaray en nombre de la Ucedé, la siguiente exaltación de modo fiel: “Construyamos un mundo mejor para ellos, porque los niños de hoy son el futuro que todos compartiremos”. Medio renga la sintaxis, pero se entiende la falta de voluntad. No es un tema en agenda de Casa Rosada. Ni la niñez en abstracto, ni las infancias del progresismo en decadencia, ni las criaturas humanas con cierto tiempo transcurrido (¿hasta 12 años?) en este suelo y bajo este cielo.

Pensar que Carlos Menem había prometido gobernar “para los niños pobres que tienen hambre y para los niños ricos que tienen tristeza”… Era de prometer, Menem. Se codeó, en todo caso, con los niños ricos y sus padres antes que con los pobres hambrientos. Su fan número uno, en cambio, prometió poco y malo y lo está cumpliendo. En la entrevista con The Free Press le preguntaron a Javier Milei por las dificultades del vivir hoy, cuando alimentarse está tan difícil. Javier Milei respondió: “Yo no tengo por qué lidiar con las emociones. Yo hablo de números y de realidad, no de emociones”.

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