En tiempos de violencia y crueldad el arte siempre es refugio tanto individual como colectivo para encontrarse y tramar redes de creatividad, de sostenes, de expresiones. Así lo propone el “Taller de Psicodrama y teatro de la espontaneidad” a cargo de Victoria Ibáñez que este año comienza con su quinta edición en el espacio cultural La Vereda.
“Los espacios artísticos y de expresión no hacen más que ser un espacio de cobijo, de ternura, de expresión de la creatividad, que de alguna manera se erigen como una fuerte resistencia a estas propuestas de individualismo y de odio que nos están atravesando como sociedad. Los espacios de encuentro y de construcción colectiva siempre son una trinchera donde podemos cobijarnos”, explica Victoria, psicóloga social y psicodramatista. El taller es abierto a todo público y tiene lugar los lunes a las 18 hs en La Vereda (Misiones 283). Para consultas e inscripciones pueden comunicarse al 2215031697.
La propuesta surgió hace 5 años, cuando el mundo empezaba a salir de las restricciones de la pandemia por el Covid-19, y todavía no había muchas actividades presenciales. El espacio se afianzó y se mantuvo con la premisa de “poner a jugar el cuerpo desde distintos disparadores, utilizando como principal herramienta el teatro”.
“Trabajamos con las herramientas del psicodrama y del teatro de la espontaneidad. No es una clase de teatro, sino un taller vivencial. La idea es que ese espacio se vaya construyendo entre todos, todas, todes justamente porque lo que más determina qué es lo que vamos a trabajar no son las técnicas o los disparadores que se propongan sino principalmente el grupo que se disponga y cuáles sean sus intereses. Buscamos un camino donde el juego, el encuentro y el cuerpo sean los protagonistas para fortalecer los lazos comunitarios y escuchar lo que cada territorio y cada persona tiene para compartirnos”, explica Victoria.
Los procesos artísticos cobran especial sentido en contextos, como el actual, en el que las ultra derechas fascistas en el gobierno despliegan políticas de odio y violencias. En este sentido, Victoria asegura que “el arte en todas sus formas tiene la capacidad de comunicar con sensibilidad y afecto. El desafío siempre es poder hacerlo cuerpo a cuerpo, interactuando con personas de nuestro entorno que quizás sienten lo mismo, que tienen rabias, inquietudes, tristezas y alegrías, que se emocionan. Desde el psicodrama y el teatro la espontaneidad se le da la palabra al cuerpo. El arte nos permite contemplar la realidad desde otra perspectiva, no solo como una contemplación sino también como un acto, y todos los actos cambian el mundo por lo menos un poco. Buscamos siempre transformar lo siniestro en maravilloso, que no es otra cosa que la potencia de la creatividad expresada en la posibilidad de cambio. Para mí, el psicodrama y el teatro de la espontaneidad son un pasaje sin escalas a esa creatividad y movimiento reflexivo que habitan los cuerpos que juegan, que sienten, que expresan y que viven”.
La invitación está hecha: encuentro, arte, expresiones para resistir.