“Tanta belleza: las dos muertes de Marcelo Diez” habla de muchas cosas: unas profundas, otras cotidianas, algunas que emocionan hasta las lágrimas, que llaman a la perplejidad. Habla de la muerte, de la muerte digna, de la muerte de un ser amado, de lo que ocurre cuando los fundamentalismos religiosos se asocian con el Estado, y también del amor y la belleza que hay en el fin de la vida. Es un reservorio de memoria/s escrito por la única autora posible: Andrea Diez.
Marcelo Diez tuvo un grave accidente en su moto el 23 de octubre de 1994, que lo dejó en estado vegetativo. Internado en el hospital Castro Rendón, meses más tarde un virus intrahospitalario lo llevó a una condición irreversible. Después de años de tratamientos que jamás funcionaron, sus hermanas Adriana y Andrea comenzaron una batalla judicial para que le retiraran el soporte vital. Se dio en Neuquén un movimiento de grupos religiosos que hacían pintadas en las calles, que exponían el cuerpo de Marcelo en visitas y en videos de Youtube, asegurando “Marcelo Vive”. El debate no era ese, sino el derecho a una muerte digna ante un estado irreversible. El 7 de julio de 2015 Marcelo murió, pocas horas después de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación autorizara el pedido de sus hermanas.
“Creo que el libro se escribió por fuera de mí. En primer lugar, hubo mucho silencio de mi parte porque se había ensuciado tanto la cancha alrededor de nuestro pedido de muerte digna para Marcelo que yo había encontrado que lo mejor era callarme. En esa época, yo escribía artículos o cartas, para tratar de clarificar dentro del barro en que se había metido toda la situación pero no había dicho lo que efectivamente pensaba o creía”, cuenta Andrea sobre lo que la llevó a plasmar en un libro lo vivido durante esos años. Le brotan las palabras, las reflexiones, sobre cómo además esa escritura fue llevar la experiencia personal al plano público y político sobre un tema del que no se habla: la muerte y menos aún la muerte digna.
Revela que abandonó el proyecto muchas veces: “terminarlo fue un enorme alivio, saber que pase lo que pase y digan lo que digan, ahí está, ahí quedaba ese reservorio de memoria, ahí quedan escritos los hechos que fueron más allá de la verdad judicial y más allá de la verdad periodística”. Construir memoria/s, hacerlo en primera persona, exponiendo sentires con una finalidad colectiva, que aporte a otros, a otras que vivan situaciones similares. De eso se trata la frase feminista que surgió en los años 60 “lo personal es político”.
Andrea es periodista, formada en la Universidad Nacional del Comahue. En la década de 1990 tuvo un importante activismo feminista en Neuquén siendo parte del grupo a favor del aborto legal llamado “Mujeres por el Derecho a Decidir”, y llevando adelante una casa de atención para mujeres víctimas de violencia. En Guatemala investigó las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el genocidio guatemalteco y fue responsable regional de Programas de Derechos de las Mujeres para América del Sur en Oxfam.
“El libro está narrado en un modo tan personal como solo una mujer puede hacerlo y exponerlo. No en vano somos nosotras las que hemos convertido lo personal en hechos tremendamente políticos. Y creo que ahí está también una de las claves, la crónica en primera persona es un recurso de las mujeres y de las escritoras para narrar lo que las sociedades no quieren escuchar”, analiza Andrea. Remarca como al escribir desde la propia experiencia hay “una revalorización de lo vivido, en este caso una experiencia con la muerte digna de una persona a la cual amé y que se merecía más respeto”.
En este sentido, afirma que el libro es también una advertencia: “esto es lo que sucede cuando dejamos que el Estado y grupos sociales den rienda suelta a su fundamentalismo, no permitamos como sociedad que vuelva a suceder porque si dejamos a los fundamentalismos religiosos hacer lo que quieran esto es lo que hacen y si esos fundamentalismos religiosos se asocian con Estados su poder es enorme, en términos de abuso de poder”.
“Tanta belleza” se presentó en Neuquén en dos oportunidades y este 29 de abril llegará a la Feria del Libro en Buenos Aires. A las 18:15 tendrá lugar la firma del libro en el pabellón 1010 de Galerna y a las 21 será la presentación en stand del Ente Cultural Patagonia en el Pabellón Ocre (Lotes 3117 y 3121).
Sobre las repercusiones Andrea afirma que desde que ocurrió lo de Marcelo han tenido infinidad de llamados o mensajes. “Nos dicen vos no me conocés, pero te quería contar que yo dejé ir a mi mamá, a mi papá, a mi hermana, a mi hermano, a mi tía, a mi abuela, a mi abuelo y me animé a hacerlo a partir de lo que les pasó a ustedes. Es bastante liberador, esto forma parte de una cotidianeidad de la vida porque todos nos vamos a morir, yo creo que es el debate que falta”. En ese punto, sostiene la importancia de dar el debate sobre la muerte y lo que deseamos que ocurra en estados de terminalidad o irreversibilidad.
Del título del libro se desprende su reflexión final: “Hay amor en el fin de vida. Tenemos que empezar a cultivar desde la mitad de nuestra vida en adelante esto de cuando no esté recordame con alegría porque yo fui feliz. Este mensaje del cuando no esté a mí me parece muy importante como legado para quitarle ese dramatismo”.
El libro se puede conseguir en Malapalabra Casa Librera , en librerías Galerna de todo el país, en la tienda virtual PAM, o también a través de la cuenta de Instagram de “Tanta Belleza”.
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