Encuentro sobre Salud Sexual y Reproductiva en Ecuador: el desafío de construir conocimiento de manera colectiva

La colectiva feminista La Revuelta participó en mayo del Encuentro Latinoamericano de Investigación y Acción en Salud Sexual y Reproductiva, en la Universidad de Cuenca, Ecuador. El objetivo fue fortalecer espacios de diálogo y acción en torno a los derechos sexuales y reproductivos.

El Encuentro tuvo una amplia participación de adolescencias (Coco Maldonado).

En un contexto donde las derechas a nivel global buscan afianzarse y, donde además de la pobreza, el ajuste y la precarización, los derechos de las mujeres y disidencias son los más amenazados, resulta vital profundizar los vínculos colectivos no sólo entre organizaciones locales y regionales, sino también a nivel internacional. Así quedó plasmado en el “Encuentro Latinoamericano de Investigación y Acción en Salud Sexual y Reproductiva” que se desarrolló el 8 y 9 de mayo en Cuenca, Ecuador. Se realizó en el marco del proyecto Kali Kay, impulsado por la Universidad de Cuenca, la Universidad Técnica de Manabí y la Corporación Kimirina (con el apoyo financiero de la Embajada de Francia) que tiene como finalidad “mejorar el acceso y la calidad de los servicios de salud sexual y reproductiva en Ecuador”, con un enfoque específico hacia adolescentes y jóvenes.

Foto Coco Maldonado.

El evento reunió a investigadoras e investigadores, profesionales, estudiantes y organizaciones sociales, entre ellas y en representación de La Revuelta, estuvo Nadia Mamaní, profesora de Enseñanza Primaria: “fue un espacio para compartir buenas prácticas, sobre cómo abordamos en nuestros territorios, en nuestras organizaciones, los derechos sexuales y reproductivos”.  En particular, Nadia llevó la propuesta de pensar cómo estos derechos se ven afectados en tiempos donde las derechas globales avanzan, arremeten, los ponen en tensión y en riesgo. Sobre esto aseguró que las personas que participaron y pudieron intercambiar coincidieron en esta preocupación.

Nadia Mamaní en el Encuentro en Ecuador. (Foto: Coco Maldonado)

“Concluimos en que estar organizadas/es de forma colectiva es lo que nos salva, lo que nos ayuda a tejer esta capilaridad que nos hace también a nosotras mismas sostenernos, porque son tiempos difíciles, de retrocesos, de impactos constantes. Apostamos a lo colectivo para que nos permita que la vida sea más sostenible. Argentina tiene una historia muy fuerte en conquista de derechos, y creo que La Revuelta como Socorristas en Red tenemos mucho trabajo realizado en torno a la lucha por nuestros derechos, mucho activismo”, evalúa Nadia.

Priscila Solano, integrante de Dirección de Vinculación con la Sociedad de la Universidad de Cuenca y parte de la organización del evento explica que dentro del proyecto hay tres ejes: el primero es la apertura de un servicio de salud sexual y reproductiva en la Universidad de Cuenca y la Universidad Técnica de Manaví; el segundo es la formación no solo presencial sino también virtual incorporando la Inteligencia Artificial y la realidad virtual, y el tercero es el lanzamiento de una maestría en salud sexual y salud reproductiva con mención en promoción de la salud. “A partir de estos tres componentes nosotros creamos el encuentro porque fue también un proceso de reconocer que podemos generar una red que la denominamos Red Internacional en Salud Sexual y Salud Reproductiva con enfoque interseccional. Ahora está compuesta por alrededor de 15 organizaciones de Latinoamérica y el Caribe”, remarca Priscila. Además, indica que “nos interesaba saber qué es lo que pasa con las organizaciones o  colectivas desde la investigación, cómo eso lo abordan en el territorio, porque la ganancia es el trabajo que tienes territorial”.

Foto: Coco Maldonado.

También hubo un espacio de participación para adolescencias de distintas instituciones educativas. Nadia cuenta que “fue muy interesante cómo se autorregulaban, porque también habíamos algunas personas adultas presentes, y nos hacían parte, pero sin que nosotros desde el adultocentrismo invadiéramos ese espacio”.

Otra de las actividades se llamó “la Ruta de Derechos”. Se trató  de una experiencia educativa, interactiva y territorial que funcionó como un circuito de aprendizaje con estaciones lúdicas, expositivas y participativas en torno a temas como: educación sexual integral, prevención de VIH, salud menstrual, violencia basada en género, consentimiento y autonomía corporal, riesgos de internet y sexualidad digital, embarazo de adolescentes y masculinidades.

El desafío no es solo producir conocimiento, sino construirlo colectivamente, reconociendo las trayectorias que vienen desde y fuera del ámbito académico. Nadia remarca que “es importante poder construir saberes reconociendo las experiencias de las que venimos también haciendo por fuera de la academia propiamente dicho”. En la misma línea, Priscila cierra: “buscamos intercambiar saberes, partimos de una educación no formal y desde las bases de la sociedad. No es que la academia llega a enseñar una cosa, sino que llega a compartir conocimientos, a intercambiar saberes con las comunidades y con la sociedad en general”.

 

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