Por Ruth Zurbriggen
El 7 de marzo de este año presentamos desde la Colectiva Feminista La Revuelta y desde el servicio de asesoramiento legal Socorro Violeta (sostenido junto con ADUNC) ante el Consejo Superior de la UNC, un Protocolo de intervención institucional ante denuncias por situaciones de violencias sexistas en el ámbito de la Universidad Nacional del Comahue.
La iniciativa político-pedagógica resulta de la inspiración activista acontecida a partir de acompañar las denuncias que se hicieran desde la Comisión de Mujeres de la FaDeCS contra el docente Patricio Orlando, desde junio de 2010. Las acciones para que se sustancie el sumario y la investigación correspondiente fueron numerosas y de variado tenor, nuclearon a docentes y al centro de estudiantes de esa facultad. En particular, las activistas de la Comisión de Mujeres persistieron contra viento y marea para que las cosas no queden en el olvido ni cajoneadas como un simple expediente más; armaron campañas, debates, acciones de visibilización y buscaron articulaciones para resistir los embates de quienes pretendieron señalarlas como exageradas, escandalosas y poco creíbles.
Las conclusiones resultantes de la investigación fueron contundentes, tanto que el Consejo Directivo de la FaDeCS se expidió -por amplísima mayoría- en diciembre de 2012 por el pedido de exoneración de Orlando. Ahora es el Consejo Superior el que debe tomar la resolución de fondo, de aprobarse la exoneración no podrá volver a trabajar en la universidad pública.
Acompañamos y allí construimos saberes. Saberes vinculados a cómo hacer frente a las formas pedagógicas sexistas, heterosexistas, racistas y abusadoras de poder. Somos pasadoras, pasadoras de experiencias activistas y en esos pasajes inventamos nuevas formas de tramitar los reclamos y las exigencias. Buscamos hacer de una situación una causa política que reditúe en mejores condiciones para seguir transitando el trabajo de erosionar y agrietar los mandatos de la atmósfera patriarcal en todas las instituciones (también en las casas, en las camas y en plazas).
Por eso mismo, y a partir de las experiencias vividas a lo largo de los años en que duró la investigación sumarial hacia Patricio Orlando, presentamos una propuesta borrador de protocolo para que sea debatida, ampliada y mejorada en las instancias de debate que pudieran darse e impulsarse en la UNC. Entendemos que resoluciones de este tipo colaborarán en el trabajo pedagógico que tenemos que seguir haciendo en la cotidianeidad para que la UNC pueda enorgullecerse de hacer docencia y asumir un compromiso activo para erradicar las violencias de género, las discriminaciones y los abusos de poder. Pueden significar también puntos de apoyo para ser imitadas por otras universidades públicas y unidades académicas. Pueden resultar una apuesta por garantizar de manera renovada los derechos humanos para todas y todos.
En un acotado paréntesis diremos que una serie de leyes y convenciones adoptadas constitucionalmente por nuestro país, obligan a todas sus instituciones públicas y estatales (aunque no exclusivamente) a generar políticas integrales para su cumplimiento y sustentan también la propuesta del protocolo. A saber: la Ley Nacional N° 26.485 –De prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres en todos los ámbitos donde desarrolle sus relaciones interpersonales; su correlato en la provincia de Neuquén, la Ley N° 2.786, y en la de Río Negro Ley 4.650; la Ley Nacional de Matrimonio Civil N° 26.618, conocida como ley de Matrimonio igualitario; la Ley Nacional N° 26.743 de Identidad de Género; la Ley Nacional N° 26.150 que crea el Programa de Educación Sexual Integral; la Convención para la eliminación de la violencia contra las mujeres –CEDAW- y la Convención Interamericana para prevenir sancionar y erradicar la violencia contra la mujer, Convención de Belén Do Pará.
El protocolo tiene alcance e involucra a toda la comunidad universitaria: estudiantes, docentes y no docentes y pretende: – Generar ámbitos de confianza para la exposición de las situaciones por parte de quienes son objeto de violencias, discriminaciones y abusos de poder, a partir de su condición de género, sexualidad, corporal,étnico-racial. – Contemplar las especificidades de las relaciones interpersonales en el ámbito de la universidad. – Potenciar la función de cuidado impulsando escuchas atentas y desprejuiciadas. – Garantizar actos de reparación y justicia. – Evitar re-victimizaciones y dilaciones en los procesos de sumario e investigación.
Somos ambiciosas. No nos conformamos con lo dado ni con los singulares e importantes logros alcanzados. Apostamos a transformar las pedagogías. ¿Qué habrá de nuevo si el protocolo se aprueba? Sin pretender respuestas anticipatorias, aventuramos que habrá todo un mundo de posibilidades… Un mundo capaz de propiciar investigaciones que no se dilaten en el tiempo, que se asienten en escuchas atentas y desprejuiciadas, que hagan posibles nuevos modos de inteligibilidad para las relaciones en la UNC.
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