Ante el desfinanciamiento, los ataques, la falta de insumos y la crueldad de la derecha en el poder, los feminismos siguen generando conocimiento y redes de activismo. En ese sostén se presentó el estudio “Socorristas en red: Soporte comunitario a la autogestión del aborto en Argentina”, realizado por un equipo que integran la médica ginecóloga, docente e investigadora de la Universidad Nacional del Comahue, Gabriela Luchetti, y las comunicadoras sociales Valeria Albardonedo y María Victoria Alfonso, entre otras personas.
Se trata de una parte de un trabajo de investigación más grande realizado a través de las becas de investigación desde lo asistencial que promueve -o promovía- la dirección de Salud Investiga, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. Hace pocos días estas becas fueron suspendidas.
Durante la presentación Luchetti relató que el objetivo del estudio fue dar cuenta de la historia del socorrismo en la Argentina, de los inicios de este dispositivo en Neuquén a través de la colectiva feminista La Revuelta. Agregó que también se exploraron las motivaciones de las activistas para acompañar abortos autogestionados, los sentires durante y luego del proceso, y también las relaciones con el sistema de salud. La investigación se basó en entrevistas en profundidad a tres integrantes de La Revuelta y en 33 entrevistas semi-esctrucutradas a activistas de distintas grupas del país pertenecientes a Socorristas en Red. “Las Revueltas han sido creativas en sus métodos -para acompañar abortos- y también en las relaciones con el sistema de salud. Lograron armar un dispositivo seguro y eficaz y pudieron transmitirlo al resto de las agrupaciones para que todas hicieran lo mismo. Es un ejemplo único en el mundo”, sostuvo Luchetti durante la presentación.
“El socorrismo no es lo mismo que la atención médica, y eso es un hallazgo en este estudio. Es un acompañamiento diferente, amoroso y dedicado”, remarcó la médica y activista por los derechos sexuales, reproductivos y no reproductivos.
De la mesa también participó Julia Burton, socióloga e integrante de La Revuelta y remarcó que el trabajo “es un aporte al campo de los estudios sobre abortos” y que es importante “en tiempos de crueldad planificada poner en valor las articulaciones entre el activismo y la salud, el activismo y la academia, porque visibiliza la retroalimentación constante”. También destacó que se trata de una investigación con una mirada federal al contener entrevistas de todo el país y mostrar la heterogeneidad de los feminismos y los socorrismos. Además, agregó entre los aportes la democratización del conocimiento al estar en castellano -ya que la mayoría de los trabajos socio-sanitarios sobre aborto están en inglés-, y la noción del aborto seguro “como una práctica no solamente médica, sino de salud colectiva”.
Valeria Albardonedo y María Victoria Alfonso hicieron referencia a cómo el socorrismo vuelve tangible el derecho a la comunicación desde la autonomía y la soberanía de los cuerpos a través de la escucha, y remarcaron el accionar socorrista como una forma de disputar el “modelo médico hegemónico patriarcal”. “Esta investigación pone en valor la desmedicalización y la construcción de la salud de una manera interseccional”, remarcaron.
“Éramos audaces y desobedientes”, mencionó Ruth Zurbriggen, sobre los inicios de La Revuelta en el hacer socorrista y en las primeras vinculaciones con el sistema de salud. “Nos interesaba más que articular con el sistema de salud, articular con profesionales, ocupar espacios en las universidades, en los hospitales. Y Gabriela siempre nos abrió puertas, nos recibió con los brazos abiertos y nos reconoció saberes. Hemos tenido siempre una relación virtuosa”, afirmó Zurbriggen. Durante la charla recorrió anécdotas sobre esos primeros vínculos, la conformación del consultorio post aborto TeA (Te Acompaño) en el Castro Rendón, las charlas y seminarios sobre Derechos Sexuales, Reproductivos y No Reproductivos en la Universidad, la Cátedra Libre de Aborto, entre otras acciones.
La investigación fue publicada en la revista “Salud Colectiva” de la Universidad de Lanús y constituye un aporte a la bibliografía nacional e internacional sobre el acceso al aborto autogestionado. Entre sus conclusiones destaca al socorrismo como una práctica feminista colectiva basada en la escucha atenta y el acompañamiento situado. Se trata de una puesta en valor del activismo que genera redes, construye otros mundos posibles y también esperanzas.
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