Haití: ¿A dónde ha ido a parar la ayuda del Campamento Feminista Internacional de Solidaridad?

María Suárez Toro
RIF y Comunicaciones del Campamento

-Un orfelinato de 42 niñas y niños en Carrefour, cerca de Puerto Príncipe, ha quedado en la calle cuando el terremoto azotó su albergue el pasado 12 de enero. Actualmente habitan en un parqueo del lugar donde sufrieron la calamidad. Son sobrevivientes, siempre lo han sido. A sus tempranas edades entre los 9 meses y los 12 años han pasado por dos desgracias y dos dichas. Quedaron huérfanas y huérfanos a temprana edad, pero Mme Tiresias y Sylvain los recogió en el orfanato “Service aux Enfants en Difficulté” que ella dirige. La delegación en Hiatí conoció el proyecto el 27 de enero en nuestro primer viaje a Haití como parte de la Campaña boricua “Mano a mano con las mujeres de Haití” del Campamento Feminista Internacional de Solidaridad. La Directora llegó a solicitarnos cuatro tiendas de campaña por que las criaturas que atiende duermen actualmente en el suelo y se sabe que pronto vendrá la lluvia. En esa ocasión no pudimos ir a enseñarle a colocar las tiendas pero se las entregamos. Las carpas que le dimos son de esos paquetes rojos que traen sacos de dormir, platitos, vasitos, cubiertos y demás instrumentos de camping. Cuentan que al abrir las bolsas, las niñas y niños bailaban alrededor de las inesperadas sorpresas que acompañaban las temporales viviendas que recibieron. En el segundo viaje fuimos a conocer el lugar, llevar una tienda más y un toldo. Casi todas las criaturitas dormían en el suelo de piedra y comían en sus pequeñas manos. Nuestras tiendas fueron pocas, pero fueron las primeras que abrieron puertas para que supieran que no estaban solas y para que otros superan dónde podías apoyar. Poco a poco han ido llenando las necesidades básicas. Una donación de ropa de bebé a esa clínica fue la de una joven madre de Vega Baja que ha tenido un bebé que permanece en el hospital por una obstrucción del intestino y decidió donar parte de la ropa de su propio bebé para mandar al orfelinato. Las niñas y niños de este lugar en Carrefour van permanecer en Haití para resguardar que no vayan a caer en las redes de tráfico que pululan en este momento. Hay muchos otros orfanatos que no han tenido igual suerte todavía.

-Un médico haitiano que ha colocado a su país en el centro de la fama mundial por haber inventado una forma de detener el avance del VIH/SIDA de forma que la gente no tiene que comprar los caros medicamentos del mercado para vivir con la enfermedad. Tiene dos laboratorios y centro de atención en la orilla de una acera a las afueras de uno de sus hospitales epidemiológicos que se derrumbaron el 12 de enero en la ciudad. Sus laboratorios de epidemiología GHESKIO atienden todo tipo de enfermedades infecciosas. Todo lo que pudo salvar del siniestro para atender a la gente estaba a la intemperie. Dr. Pape se ha enterado de que la delegación boricua trae tiendas de campaña y toldos. Llama a nuestro campamento para ver si podemos darle alguna para resguardar el laboratorio y otro para dar privacidad a la gente en las consultas abiertas sobre VIH/SIDA. Mandamos dos tiendas de campaña bien grandes y un gran toldo para que montara su improvisada clínica “ambulante.” Al siguiente día nos llamó para agradecer el envío. Y nos contó que cuando la gente supo que él estaba atendiendo, fueron 5,000 gentes necesitadas de atención las que se vinieron a vivir alrededor de sus tiendas de campaña en la clínica que está en el centro de la ciudad. Fuimos a conocer y llevar mas tiendas de campaña en el segundo viaje. Poco a poco se le fue sumando personal de salud, habilitaron una parte del edificio que no sufrió mayores daños. Allí atiende en el día y ha improvisado muchas tiendas de campaña más para pasar la noche y para albergar enfermas y enfermos hospitalizados. Fueron bien pocas nuestras carpas, pero fueron las primeras. Con ello la gente necesitada de atención supo que no estaba sola y otros organismos han sabido dónde podían apoyar. Cornell University, Oxfam, Clinton y otras grandes agencias le han ofrecido mucha ayuda ahora. Gracias Puerto Rico, gracias Haití, gracias América Latina y el Caribe, por su gestión y generosidad pronta y cumplida. La otra clínica de Pape no ha vivido igual suerte. Es de tuberculosis y se encuentra en la Carretera no. 2 camino a Cerrefour. El gobierno daba un dinero mensual por cada paciente pero ahora perdieron su albergue y no han recibido el apoyo que se necesita para un cuidado que es tan urgente y delicado.

-Un día nos llama Martín desde su oficina localizada en la Calle Panamericana a la orilla den centro de la ciudad. Está desesperada y grita en auxilio. Una mujer acaba de parir su primer bebé en una acera cercana. No tiene nada y está inmovilizada porque está enyesada. Sabe que tenemos tiendas de campaña, cosas de bebé y de atención materna. Nos ruega que llevemos lo que tengamos. Nos afligimos porque ya nos nos quedan tiendas de campaña. Pero hacemos un paquete con pañales desechables, handy wipes, jabón desinfectante, ropita de bebé, leche, botellas de agua, barras de almendra y chocolate para ella, una linterna de cuerda, una frisita y un saco de dormir, más dos grandes bolsas de basura para improvisar un techo mientras regresamos a la semana con otras tiendas de campaña que nos cuentan ya hay acumuladas nuevamente el Puerto Rico como parte de la Campaña. Cuando llegamos ya la comunidad le había asignado un pequeño espacio en el improvisado campamento en el parqueo de las oficinas de la señora que nos había llamando. Cuando vimos el panorama se nos hizo imposible de creer. Allí estaba Carlitos, recién nacido, sonriente y divino. Pero a la par estaba la primeriza Crista con un yeso que le subía por todo un costado del cuerpo, desde el dedo gordo del pie hasta debajo de la axila. ¡Una pierna y una cadera quebradas desde el terremoto 16 días antes! Ella nos sonreía, pero poco pues hasta reír le dolía. Negociamos con la gente de la comunidad en el parqueo porque había más bebés, mujeres y hombres necesitados y era poco lo que traíamos. Silvie, nuestra host, traductora y guía, les prometió que volveríamos con más cosas para el resto pero que había que atender a Crista como emergencia. En lenguaje corporal que lo dice todo sin hablar nada le pedimos a Rigo, el asustado marido de 18 años, que cuidara a Crista y a su hijo. Una mano en el corazón bastó para sellar el juramento. Regresamos, se montó la tienda de campaña con la ayuda de algunas personas de la comunidad y luego llevamos ropas y otras cosas para el resto. Pero Crista nos había dicho que desde que la habían enyesado hasta ahora no la había visto ningún personal de salud. Llamamos a Dr. Pape que en agradecimiento nos había dicho que cualquier cosa que necesitáramos él estaría dispuesto. Le pedimos que viniera a ver a Crista. La vino a buscar en una ambulancia. Nos reportó que estaba bien del parto y puerperio pero que la habían tenido que volver a operar porque la cadera había estado mal puesta. Todavía queremos regresar cuando se encuentre de pie, para preguntarle a Crista cómo parió su niño. Pero sabemos que probablemente su respuesta sea la misma: una medio sonrisa, tal vez sin tanto dolor en unos meses, o tal vez se pone la mano en el corazón, como hizo Rigo, y simplemente le de gracias a la vida.

-Una clínica de atención integral feminista a las mujeres – que quiere decir que también atienda la salud sexual y reproductiva – Clinik Fanm, la primera clínica de derechos de las mujeres, ubicada a las afueras de la ciudad no sufrió daños en el terremoto pero su patio es tan grande y tanta gente a su alrededor perdió sus casas, que la misma noche del terremoto se convirtió en un improvisado albergue comunitario. SOFA (Mujeres en Solidaridad), organización que creó la clínica en 1996 y la atiende desde entonces, buscaba cómo hacer para volver a activar la clínica en este contexto. Recibieron del Campamento una gran cantidad de tiendas de campaña, muchos medicamentos e implementos para hervir agua (estufa de gas propano), duchas solares para bañar bebés, leches especializadas, ropa, etc. Con ello pudieron albergar a la gente en carpas fuera de la clínica pero suficientemente cerca. Al despejar el patio habilitaron la atención clínica. Empezó a llegar ayuda de otras fuentes, entre ellas la Red de Salud de América Latina y el Caribe y de MADRE en Estados Unidos. Entre las cosas iban unas frisitas bordadas hechas por unas jovencitas del Barrio Vietnam en Cataño, es decir, descendientes de gentes que vivió bastante parecido a como vive la gente en Haití en la actualidad. Ellas confeccionan esas cobijas para ganarse la vida, pero al enterarse de la Campaña decidieron donarlas. Iba además la tienda de campaña de un empleado de WalMart vecino de Arecibo que al ver que su centro de trabajo donaría una tienda de campaña, se sacó dinero de su bolsillo para mandar otra. Gracias Puerto Rico, gracias Haití, gracias América Latina y el Caribe, por su gestión y generosidad pronta y cumplida.

-En la clínica de campaña en Leogan que se ha formado en el patio de las ruinas de un hospital de monjas canadienses que quedó en el suelo, pudimos dejar cajas y cajas de medicamentos y tiendas de campaña. Para hablar con las mujeres que estaban esperando a ser atendidas (casi la totalidad de personas enfermas eran mujeres y muchas con sus criaturas) contamos con el apoyo de unos jóvenes dominicanos que hablan créole, español y hasta inglés. Son tan amorosos y atentos que nos llama la atención cual podría ser la fuente de su capacitación humanista, ya que esos jóvenes tienen sonrisas para todo el mundo a pesar de las extensas y tensas horas laborales. La traducción tampoco es fácil pues hay personal de salud de Japón, de Canadá, de Rusia, etc. Vitalina, una de las monjas, nos cuenta que trabajan de sol a sombra desde el día siguiente del terremoto, traduciendo todo el tiempo. “Son todos muchachos de padre haitiano y madre dominicana que vivían separados. Estos muchachos, cada uno por su lado, vinieron de República Dominicana al día siguiente del cataclismo a ver cómo estaban sus padres. Todos encontraron que habían muerto y se quedaron a ayudar a los que sobrevivieron. Rafael, uno de los coordinadores del campamento que coordina La Plataforma, nos dijo que al cabo de 16 días todavía los voluntarios dormían algunas horas en el suelo. Les pudo ´pagar´ un salario: una tienda de campaña a cada uno. Otras fueron directamente a personal de la clínica y activistas que ayudan a detectar las formas de auto-organización comunitaria en los poblados aledaños.

-Radio Internacional Feminista en Costa Rica formó parte de la delegación que viajó a Haití con el Campamento. Se caracteriza por ser una radio en Internet manejada que va a todas partes del mundo donde las mujeres necesitan contar con un canal de comunicación para que el mundo sepa que ellas no solo son víctimas de violaciones a sus derechos, sino a la vez protagonistas de acciones diferentes que lo que los grandes medios difunden sobre ellas. Hoy las activistas de la radio llegaron a Haití con su estación de radio portátil e itinerante. Transmitieron las voces que hablaban del papel de las mujeres para asegurar que las ayudas lleguen a dónde se necesitan. Incluyeron un concierto de jóvenes haitianos que han hecho ya una canción sobre el terremoto. Fernando Maldonado Suárez es disc jockey esa noche. Entrevista a los músicos mientras las niñas y niños del campamento bailan al son del bembé (ragagnan en haitiano) del grupo FA 10. “Esta canción se la dedico a mi abuela, es un homenaje a ella,” dice Jonas, un joven de 25 años de edad, integrante del Grupo quien además ha compuesto la lírica y el texto. Los jóvenes de Puerto Rico han organizado un gran concierto en la radio, directo desde Haití para el mundo. Suponemos que es el primero porque conciertos para Haití a habido muchos, pero hoy se revierte el homenaje. Estos jóvenes quieren dejarle saber al resto del planeta que la gente en Haití se levanta. Es la segunda vez en su vida que Jonas se levanta entre los fantasmas de la muerte. Es el famoso niño de 7 años en 1993 que sobrevivió el naufragio del barco «El Neptuno» cuando viajaba con su abuela «Briyane». Murieron más de 1, 500 personas y sobrevivieron menos de 300. Jonas nadó y flotó solo toda la noche hasta la playa. La abuela, no llegó pero salvó a su nieto. Dice en la transmisión que la canción es sobre lo que le decía su abuela para que no dejara de nadar. Jonas y su concierto son un vivo homenaje a las ancestras. Después de concierto Jean Claude Bajeaux fue entrevistado por Katerina Anfossi, directora de la radio. “Haití tiene que empezar de nuevo y debe avanzar hacia un país de todos en igualdad, o no se levanta. – dijo – Todo esfuerzo debe estar dirigido a eso.” La luz al final del túnel todavía no se ve, pero es que en Haití hasta la luz la vamos a tener que reinventar, dijo más tarde. Nosotras añadimos que las abuelas tienen mucho que decir, ellas reinventaron el fuego hace millones de años, han dado a luz a la humanidad y aportan en Haití a reinventar su camino ahora. Hay que escucharlas, hay que garantizarle sus derechos en la respuesta con todo un pueblo.

-Uno de los ejes del trabajo del Campamento Feminista Internacional es el rescate de la memoria histórica. No basta reconocer lo que las mujeres hacen en el desastre: hay que valorarlas como luchadoras a través de toda la historia. “Les invisibles” dice una guagua de esas coloridas que viaja por Haití estos días y desde siempre. Son las que han estado fuera de los libros de historia, sinembargo lo han hecho todo el tiempo. Desde la revolución de esclavas y esclavos cuando la mulata Catherine Flon cosió la bandera libertaria con su propio pelo, hasta las feministas que fundaron organizaciones y se destacaron en las grandes luchas por los derechos de las mujeres y que ahora en el terremoto han muerto.* Al llegar a la ciudad pedimos a Lise-Marie Dejéan que nos llevara al local destruido de Enfo Fanm para documentar el fatal hecho de que los archivos de la historia invisible de las mujeres desde 1932 está enterrado en los escombros de esa organización de información y comunicación. ¡Están ahí y están intactos los archivos en medio de la destrucción. Igual suerte han corrido los archivos del Centro Ecuménico de Derechos Humanos. La tercera visita es al local del “Ministerio de la Condición de la Mujer y de los Derechos de la Mujer”. Lo único que quedó de pie allí fue el letrero que da a la calle. La vista es de espanto. No quedó piedra sobre piedra. El silencio nos abraza, los escombros nos estremecen, las piernas flaquean, el instinto se aviva, aunque si temblara ya no hay nada más que pueda caer. Dos pisos de concreto tirados en el suelo como si fueran de papel regado por el viento. Una profunda tristeza se mezcla con el aliento de un camino para la recuperación de la memoria. Las haitianas y las organizaciones de mujeres y de derechos humanos en el mundo van a conmemorar este próximo 8 de marzo, centenario del Día Internacional de la Mujer, un homenaje a las feministas que murieron y en ello harán un duelo con todo su pueblo. Es reconocido que las mujeres – especialmente en los países más pobres y Haití está entre ellos – viven en una profunda situación de desigualdad y de marginación, al tiempo que sus necesidades son invisibilizadas y casi nunca satisfechas. Esta situación – como ha sido ya reconocida también por organismos internacionales, movimientos feministas y de mujeres – empeora durante los momentos de emergencia y de desastres. De igual manera, es también reconocido que cuando los recursos y apoyos se ponen en manos de las mujeres y sus organizaciones, éstos llegan a quienes más los necesitan, al tiempo que son mejor administrados y utilizados. Pero para que ello suceda con justicia, hay que luchar por sus derechos también. Abogar, incidir y monitorear para que las necesidades específicas de las mujeres y las niñas se incorporen en las agendas multilaterales y bilaterales de ayuda a la población. Apoyar los esfuerzos de las organizaciones de mujeres haitianas y latinoamericanas para incidir en políticas públicas nacionales e internacionales sobre mitigación y reconstrucción, y en el caso de Haití, de refundación de su estado, gobierno y sociedad civil, conforme lo planteen las haitianas, recogiendo la experiencia de las organizaciones de las mujeres en la región en otros casos de desastres. Aportar, junto con las compañeras haitianas ,al diseño de políticas públicas que tomen en cuenta necesidades que han surgido con el terremoto natural y social que ha devastado ese país, especialmente en lo referente a discapacidad (incrementada en un porcentaje ni siquiera detectable en este momento), traumatología emocional generalizada, violencia de género y salud sexual y reproductiva. Apoyar la recuperación de la memoria histórica del movimiento feminista y de mujeres de Haití. Acompañar los procesos de duelo y dar apoyo sicológico para afrontar los diferentes efectos y consecuencias de los daños y pérdidas. Reforzar la continuidad del Ministerio de la Mujer y de las instituciones del gobierno de Haití responsables de velar por los derechos de las mujeres.

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Eso se propone el Campamento Feminista Internacional de Solidaridad. Gracias a todas aquellas organizaciones y personas que lo han hecho posible.

Estas y otras narrativas forman parte del trabajo realizado por la iniciativa boricua “Mano a mano con las mujeres haitianas” de RIF y el Campamento Feminista Internacional de Solidaridad conformado en América Latina y El Caribe con el resto del mundo para apoyar a las mujeres y sus comunidades en Haití.

Es parte del apoyo recogido por toda la región “mano a mano,” por toda la región y el continente en un primer momento. La Colectiva Mujer y Salud y el CIPAF de República Dominicana organizaron desde un primer momento envíos semanales de camiones que llevaban más tiendas de campaña, medicamentos y otras necesidades básicas. Aportaron desde ese primer momento organizaciones como MADRE, Católicas pro el Derecho a Decidir, Red de Salud de Mujeres de América Latina y El Caribe, Petateras, Asociadas por lo Justo y muchas redes, organizaciones y personas más.

El grupo inicial de feministas puertorriqueñas que viajó a República Dominicana para conformar el Campamento en Haití, incluye a Ana Irma Rivera Lassén, Nirvana González, Aidita Cruz y esta servidora.

El grupo de boricuas de “Mano a mano” que participó en los primeros dos envíos por aire, mar y tierra de “Mano a Mano” directamente en Haití son: Fernando Maldonado Suárez, Douglas Candelario Suárez y Daniel Candelario Suárez, junto a una servidora.

Formó parte de la delegación Katerina Anfossi de Radio Internacional Feminista y Flavia Cherry de St. Lucia de de la organización Centro Feminista Caribeño de Investigación Acción (CAFRA).

En Puerto Rico más de 50 personas, parejas y familias han donado las mas de 180 tiendas de campaña que hasta ahora se han llevado mano a mano, la ropa de bebé, latas de leche, tecnología apropiada para necesidades de luz, purificación de agua, noticias de radio, conectividad en Internet, medicinas para suplir dos clínicas durante más de tres semanas, crayones, sacos de dormir, papel de dibujo, etc.

Otras convirtieron sus casas y centro de trabajo en centros de acopio, otras prestaron sus carros y hasta inventariaron noche tras noche lo que entraba entre llamada y llamada para solicitar y gestionar formas de donar.

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