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Por fin llegó el día. Presentamos “Colectiva Feminista La Revuelta: una bio-genealogía”, nuestra historia en primera persona a través de la letra de Mónica Reynoso.

Hoy se realizó la presentación a la prensa en la Fábrica de Artistas y el miércoles 9 será la gran fiesta en el monumento a San Martín a las 20:30.

Sobre el libro, sobre nosotras: reflexiones, palabras, encuentros, historias

Ruth Zurbriggen: Quisimos poner en el libro esas causas (Caso “Pato”, Caso R, Caso AR) como relevantes porque de alguna manera nos volvieron otras a nosotras, nos hicieron pensar en cuestiones que no habíamos pensado. Fuimos haciendo una discusión previa a la escritura de Mónica, para ver cual relegábamos, hubo un proceso importante de selección.

Mónica Reynoso: El libro tiene un propósito no tan explícito. Ellas se proponen sembrar conocimientos y por eso tiene un fin didáctico no puesto tan obviamente. Hay material que remite a otros textos, otras organizaciones. Es un instrumento más de lucha, de militancia, de activismo

Ruth: Uno de los principales propósitos que me motorizó fue poder contar nuestra historia en primera persona a través de Mónica. Personalmente significa la importancia de trascender, de no pasar desapercibida por la vida. Y luego claro el objetivo de construir genealogía feminista, contar cómo lo hacemos, para que se sepa de esta experiencia.

María Trpin: En la charla compartida con Rita Segato ella hablaba de poder construir referentes femeninos, hay poca referencia de las mujeres tanto en la prensa como en los libros de historia. Hemos sido invisibilizadas. Las mujeres somos parte de esta historia que estamos construyendo.

Hay que hablar de feminismo

Mónica: Hay menciones a antecedentes de grupos feministas en Neuquén, que son escasos y está mencionado el caso de Andrea Diez y Claudia Vázquez, en 1995, es el antecedente rastreable de activismo feminista en la región. Hay que hablar de feminismo, de perderle miedo a la palabra, de pensar que es un movimiento importante en el mundo de derechos humanos a favor de las mujeres.

El libro sale cuando cumplen diez años, diez años muy productivos, muy fértiles que han dejado mucha huella en esta sociedad neuquina.

Ellas valoran el conocimiento, la memoria, la historia, la importancia de dejar testimonio para las generaciones que las siguen.

Somos parte de los movimientos sociales

Graciela Alonso: Lo interesante también es que La Revuelta surge en un momento histórico, en 2001, y ese momento tiene que ver con una movida política donde los movimiento sociales empiezan a disputar representación. Nosotras somos parte de los movimientos sociales, en clave y construcción feminista. Al ser muchas de nosotras educadoras hace que recuperemos la tradición popular, escribir y reflexionar sobre una experiencia de actuancia política.

Las articulaciones son múltiples con el presente y con al historia.

La vida ponen

Susana Yappert: Para quienes empezamos a transitar el periodismo de género, ellas fueron nuestras maestras, nuestras amorosas maestras en las que empezamos a hacer un camino distinto al aprendido. Yo no soy feminista, siempre marco que ellas son el modelo al que aspiro llegar y decir mañana yo también soy feminista. Porque en realidad es primero un trabajo de transformación personal enorme de desandar caminos de lo aprendido. Además el periodismo con perspectiva de género intenta trabajar con organizaciones. Toda la energía que ponen, la vida ponen, la vida, el cuerpo. Que haya un libro que registre este camino andando me parece fabuloso.

Ruth: Somos unas convencidas de que para pensar la política hay que estudiar hay que pensarla con herramientas teóricas que nos expliquen la complejidad de los lugares en los que activamos. El libro no es un cierre, es el intento de más apertura, será un punto de inflexión hacia adentro y afuera de La Revuelta. Nos va a implicar más desafíos y más responsabilidades. Queremos hacer talleres con jóvenes feministas.

Sobre las luchas que vienen

Mónica: La primera actividad que tuvieron callejera el 8 de marzo de 2001 donde se presentaron públicamente, Graciela, Ruth y Valeria Flores portaban una pancarta en la que exigían “Anticoncpetivos para no abortar, aborto legal para no morir”.

Ruth: Lo que se puede percibir en nosotras es que ya no nos quedamos en la idea de lo mujeril inicialmente éramos feministas pero también éramos un tanto esencialistas con las cuestiones acerca de las mujeres. Esencialismo biologisista. En el libro contamos como haber conocido a Lohana Berkins el habernos ligado a otros movimientos nos ayudaron a corrernos de algunas posiciones que caen en ese esencialismo mujeril. Uno de los desafíos es conseguir la ley de identidad de género pero no solo en relación a las leyes, sino en cómo esos instrumentos pueden servir para transformar sensibilidades éticas. Estamos desafiadas a pensar la incorporación de masculinidades no hegemónicas en la grupa. Después también las luchas macro. No podemos dejar de pensar en el sistema económico en el que vivimos, los colonialismos, los racismos, el medio ambiente, la megaminería. Que el feminismo también esté presente en eso porque algo para decir tenemos.

La escritura

Mónica: fue trabajoso en el sentido de seleccionar, de dejar cosas afuera. Me sentí muy honrada, muy orgullosa de que me hayan convocado las compañeras a trabajar en este proyecto. Sentí que era un aporte, una contribución.

El rol del Estado

Graciela: El Estado es uno de nuestros interlocutores permanentes en cuanto generador y reproductor de la opresión. Al Estado se le van ganando batallas, se van aprovechando coyunturas. Nuestro servicio de Socorro Violeta es un servicio de asesoramiento pero también de denuncia a la carencia de políticas públicas y al mal funcionamiento de las que están.

Viviana Menichetti: Nos interesa aportar, no solamente reclamamos. Hacer aportes, por eso invitamos a referentes amistosas porque nos interesa que otras y otros puedan escuchar y aprovechar esos espacios. Para también poder pensar estas categorías que desde el feminismo intentamos proponer y nuestras nuevas problematizaciones. Intentando que los organismos públicos puedan tomar estas miradas tan necesarias.

Ruth: Por múltiples razones el Estado no nos es ajeno: porque nos reprime, nos discrimina, nos violenta o porque nos interesa generar otra política pública. No somos un grupo para quien el Estado es solo para destruirlo, además somos la mayoría trabajadoras de este Estado. Las instituciones por las que transitamos y el activismo van de la mano.

Mónica: En el libro vas a encontrar los casos que llegaron a la justicia y que recibieron sentencia de jueces con una misoginia militante.

María: Reivindicamos mantener los espacios públicos pero no como están sino tratar de modificarlos, cambiarlos, renovarlos.

Las estrategias de lucha

Ruth: Hay una cosa que sabemos en La Revuelta, que es que no nos podemos mover en todos los lados de la misma manera. Ese aprendizaje donde más lo adquirí es en la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito. Que es un laboratorio de política, de desarrollo de activismo feminista que logra ensamblarse con otros. A veces necesitas un fiscal porque no va a haber querellante. Cuando hace falta “dialogar” dialogamos, o cuando se agota denunciamos. A veces es necesario el bombo, el aerosol y un poco más y otras veces la cintura que te permita cambiar esa situación. También se refleja en el libro el interés permanente de contactarnos con quienes son víctimas de una situación o requieren algo, la mejor muestra es la Campaña o la temática. Nos vinculamos a través de la Campaña exigiendo la legalidad del aborto pero también acompañamos a las mujeres que deciden abortar. Es una doble combinación.

La Revuelta nos llevó a ser más libres y más felices.

Ruth Zurbriggen, Graciela Alonso, María Trpin y Viviana Menichetti: integrantes de La Revuelta.
Mónica Reynoso: periodista y escritora del libro.
Susana Yapeert: periodista.
Fotos: Cecilia Maletti.

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