Agosto 2013

“(…) las y los mapuce “van a la tierra del wigka, donde hay riqueza”, lo dijo Luis Sapag, presidente de la comisión de hidrocarburos de la legislatura neuquina, dijo además que el lof Campo Maripe no es una comunidad “ sino algunas familias apoyadas por la Confederación Mapuce”. Todos esos exabruptos para decir lo que realmente quería: “Vamos a pasar de la etapa de la esperanza del shale oil a la concreción”. Remató la embestida racista diciendo: “está bien que digamos lo que tenemos que decir, pero seamos responsables, vivimos en sociedad”. Nunca está demás dar alguna cifra, y así de manera absolutamente irresponsable, o sea como si no vivera en sociedad dijo que el acuerdo YPF-CHEVRON suponía la creación de “doce mil puestos de trabajo”, aunque de inmediato agregó “no sé, serán doce mil, serán seis mil, pero son muchos”.

Primero se merece el escrache porque con estas declaraciones se hace partícipe y cómplice del desplazamiento y desaparición de parte del pueblo originario mapuce de Waj Mapu. Sus palabras denotan la soberbia y autoritaria ignorancia del patriarca que supone que sus antepasados, sus saberes y sus proyectos de futuro son superiores a los del pueblo mapuce; seguramente no tendrá problemas en alimentar la dicotomía humano – no humano y convertirse en el representante humano del macho heterosexual, capitalista, blanco y con poder político.

Para su información, justamente un LOF o una comunidad, es eso, un grupo de familias en un territorio. La organización social mapuce se inicia en cada Lof. Sapag, quiere marcar la diferencia entre vivir en un lof y su régimen normativo y vivir en una sociedad, que desde su pobre concepción sería la que se rige por la lógica de los pactos de saqueo, contaminación y muerte, a lo que él prefiere llamar “la esperanzada etapa del shale oil”.

Digamos entonces que Luis Sapag no sería un ciudadano autónomo, aunque quiera presentarse de ese modo. Es para nosotras un colonialista del MPN y sus negociados.

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