Una Campaña Nacional para que el Aborto sea Legal, Seguro y Gratuito en Argentina 1
Una Campaña Nacional para que el Aborto sea Legal, Seguro y Gratuito en Argentina es un texto escrito en noviembre de 2011 y publicado en la Revista MUJER SALUD de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe RSMLAC 3/2011. Pretende dar a conocer y reflexionar sobre la existencia de la Campaña Nacional por el aborto legal en Argentina.
Por Ruth Zurbriggen
cuerpos – feminismos – abortos - mujeres – clases sociales – sexualidades – justicias estructuras de género – activismos – prácticas políticas - articulaciones – diálogos disputas – apoderamientos – movimientos sociales - democracias – debates - acuerdos estiramientos - derechos humanos – el status de las humanas – desacuerdos complejidades – desafíos – responsabilidades – sindicatos - federalidad - polifonías experiencias – acontecimientos – conflictos – leyes - academia - intereses - pasiones deseos – producciones – argumentos – saberes – pluridiversidad
activismo callejero - activismo parlamentario – ciudadanías
encuentros nacionales de mujeres – encuentros en los encuentros nacionales
Todas y cada una de estas palabras condensan parte, pasos, tramos en el camino que trazamos en la experiencia de lo que está siendo la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito en Argentina.
Inaugurada y lanzada en el año 2005, se nutre y es deudora de un reclamo que tiene una larga historia en nuestro país. Su accionar y devenir se enmarca en un mapa de ruta con itinerarios que la preceden y que la hicieron posible. Como feministas rescatamos esa genealogía. Las tramas de esta Campaña se tejen en una trayectoria que hace falta seguir cartografiando 2
La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito -una alianza amplia, plural y federal 3- marca una época, señala un antes y un después en la lucha por el derecho al aborto. Instala un pliegue, indeleble e ineludible. Introduce una discontinuidad por los efectos alcanzados. Se estima que en Argentina anualmente entre 460 mil y 600 mil mujeres interrumpen voluntariamente un embarazo. Por día lo hacen entre 1300 y 1643 mujeres. Todas clandestinamente. Los datos surgen de estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación. Es un acto de rebeldía, o mejor, cientos de miles de actos de rebeldía por año. La democracia implica –también- ciudadanías plenas para decidir sobre nuestra primerísima propiedad: el cuerpo.
Con la Campaña vamos andando una marcha -lenta pero sin retorno- para lograr que la ley nomine e inscriba, con la consistencia simbólica que lo amerita, nuestras prácticas de abortar. Hay una amplísima comunidad de intereses dispuesta a lograrlo. La Campaña Nacional acontece y se inscribe en un contexto social, cultural y político signado por transformaciones varias en los modos de hacer y pensar la política; aunque también conviven -no sin conflictos- viejas prácticas a la hora de disputar sentidos. La complejidad que la caracteriza nos desafía a seguir pensando y proyectando, poniendo en juego audacia, inventiva y creatividad.
Hitos en clave de cronología: cuando los encuentros logran otros encuentros
Algunas geografías de Argentina, a partir de la brutal crisis económica desatada en 2001, vivieron un estado asambleario que buscaban alternativas al profundo malestar simbólico y a la precarización de las condiciones materiales de existencia, en que fue hundido el país por efecto de las políticas neoliberales de ajuste estructural, fragmentarias y altamente excluyentes. Algunas feministas llevaron a esas asambleas el debate sobre la legalización del aborto, logrando la atención en reflexiones sobre cómo las políticas de exclusión y desigualdad afectan de manera singular las existencias de las mujeres en general y, su salud sexual y reproductiva, en particular, otorgándole relevancia entre otras exclusiones y reclamos tan necesarios e imperiosos. Implicó un salto político en la articulación del derecho sobre la materialidad de los cuerpos en un entramado amplio de causas justas que suelen invisibilizar la importancia de las agendas que aportamos las feministas.
Pero el 2001 también estuvo signado por el surgimiento de innumerables movimientos sociales, con fuertes raíces barriales, donde las mujeres desplegaron un sinnúmero de estrategias de supervivencia. Esas mujeres doblemente afectadas por el estatus legal del aborto: la clandestinidad de todas con el agravante del riesgo para su vida y salud por la falta de acceso a prácticas seguras. Signadas por olvidos, sin nombres y apellidos, conforman un extenso colectivo de muertas por abortos clandestinos y/o de afectadas por el aborto inseguro.
En este contexto de fuertes reclamos sociales, el XVIII Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) 4 realizado en Rosario, en agosto de 2003, se convirtió en una gran tribuna para el reclamo por el aborto legal. Se desarrollan por primera vez los talleres de Estrategias por Derecho al Aborto legal, para constituir espacios de debate, generar consensos y definir acciones a nivel nacional. Y fueron exponenciales la cantidad de talleres sobre mujer y desocupación, mujer y trabajo territorial, en los que se manifestó con impulso la temática del aborto. Se convocó y organizó la Asamblea por el Derecho al Aborto, por fuera del cronograma oficial del ENM. La multitudinaria marcha levantó con una fuerza inédita la consigna “Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, con rostros, cuellos y mochilas portando pañuelos verdes que empezaban a asomar en las coloridas columnas de mujeres.
Si de hitos hablamos, a la hora de recuperar fragmentos de una memoria que se inscribe en nuestro cuerpos y subjetividades, el XVIII ENM de Rosario preanuncia la conformación de la actual Campaña Nacional.
En el mes de mayo de 2004, se realizó en Buenos Aires, el Primer Encuentro Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, convocado por el grupo Estrategias por el Derecho al Aborto, concretando consensos de los talleres del ENM de Rosario.
Los encuentros continúan en el siguiente ENM, esta vez en Mendoza (2004). Allí se expresa la voluntad de crear una Campaña Nacional. Decisión que se cristalizará en la reunión del 14 de mayo de 2005, en Córdoba, promovida por Católicas por el Derecho a Decidir. En esta primera plenaria más de 70 organizaciones, pergeñamos, dimos nombre y sentido político a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito que, motorizada por grupos feministas, se disponía a avanzar en la construcción y el fortalecimiento de una masa crítica capaz de reclamar: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir. La integralidad de nuestra demanda implica una modificación profunda de los sistemas de educación, salud y justicia, e impulsa en la sociedad -de manera concomitante- intensos cambios culturales. Reúne, al terminar su sexto año de existencia, a 307 organizaciones de un vasto abanico de fuerzas sociales: políticas, sindicales, de derechos humanos, estudiantiles, de mujeres, feministas, LGTTBI, del campo artístico, legislativo, educativo, de salud, del sistema judicial, de prensa 5 . Las cuales asumimos un compromiso con la integralidad de los derechos humanos, y defendemos el derecho al aborto como una causa justa para recuperar la dignidad de las mujeres y con ellas, la de todos los seres humanos. Los pañuelos y las banderas verdes son el ícono que la identifica y que portamos en cuanta actividad desarrollamos.
Prácticas colectivas y articuladas: otros sentidos y sensibilidades son posibles
Definir la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito no es sencillo, como proceso organizacional sus límites y alcances son difíciles de precisar, sus fronteras son volátiles y movedizas, y sus efectos van más allá de lo previsto. Resulta un punto de confluencia de las luchas por el derecho al aborto que en distintos sitios de Argentina veníamos realizando las feministas. La necesidad de aunar fuerzas entre aquellas que estábamos dispersas y con prácticas políticas diferentes, dio lugar a una articulación nacional. Si bien su objetivo es claro: lograr la despenalización y legalización del aborto en Argentina, y eso es lo que permite que se identifique como una “organización”, la Campaña se inscribe en un campo de tensiones en torno a las modalidades de intervención, a la heterogeneidad de sujetxs que la integramos y al alcance de las acciones que desarrollamos. Una campo a su vez cruzado por contradicciones, marcado por la política, la economía, la educación, la ideología, la intervención del Estado, que muestra la complejidad de la realidad social y de los movimientos emancipatorios, de la cual y de los cuales, las mujeres somos parte integrante y no externalidades que tendríamos algo que aportar. No “acompañamos”, somos parte activa de todos los procesos sociales y en ellos libramos luchas contra las jerarquías y por las libertades en sentidos amplios.
Pensada en estos términos, la Campaña no es una entidad unívoca, estructurada y rígida sino un conjunto de alianzas, negociaciones, resistencias y relaciones de fuerza que motorizan las acciones para lograr nuestros objetivos.
Destaquemos a modo de punteo algunos de sus principales logros. Punteo -incompleto seguramente- que busca poner en evidencia la densa dimensión política de este movimiento social. Pretendemos incansablemente extender sus contornos, corrernos de la linealidad de los acontecimientos, de las lógicas binarias, porque no buscamos arañar la superficie de la cuestión, sino implicarnos en la profunda y disruptiva demanda que se condensa en la libertad que implica decidir sobre nuestros cuerpos. Convencidas que esta libertad, significará libertades para la sociedad toda.
A lo largo de estos años, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto logró:
- Instalar la discusión política sobre el derecho al aborto en la esfera pública.
- Ser reconocida como actora fundamental en el reclamo, instalando un slogan integral que nos agrupa y los pañuelos verdes como símbolo del mismo.
- Desarrollar y fortalecer el movimiento feminista en Argentina, que de manera renovada e ingeniosa tramita acciones diversas como muestras teatrales, exposiciones fotográficas, reclamos en ámbitos de salud y la justicia, marchas callejeras, seminarios y foros de discusión, asambleas estudiantiles, intervenciones en medios de prensa, producciones de materiales audiovisuales, presentaciones de libros, acompañamientos a mujeres que deciden interrumpir un embarazo, cabildeo social y parlamentario y un largo etcétera.
- Extender las adhesiones a organizaciones sociales, sindicales, de derechos humanos, de movimientos sexo-genéricos, estudiantiles, consejos superiores de universidades nacionales y consejos directivos de facultades, personalidades de ámbitos de la cultura, legisladoras y legisladores, agrupamientos de varones, comunicadoras y comunicadores sociales.
- Producir argumentos inmiscuyéndonos en amplios terrenos, sabedoras que la cuestión debe abordar lo médico, jurídico, legislativo, social, educativo, cultural, académico, pedagógico.
- Contribuir a desarmar los estigmas que pesan sobre las mujeres que abortan, ayudando a ampliar la llamada despenalización moral del aborto en Argentina.
- Colaborar para que la palabra aborto pueda ser pronunciada en voz alta y que cada vez más mujeres re-signifiquen sus interrupciones voluntarias de embarazos como prácticas de las que hace falta hablar en diversos escenarios.
- Remover obstáculos para muchas mujeres que deciden abortar, aún de manera clandestina, en tanto extiende y socializa la información disponible.
- Promover la extensión de los límites de la democracia, posibilitando otros significados socio-culturales para pensar las ciudadanías de las mujeres, la laicidad del estado y los derechos humanos de las humanas.
- Producir y presentar nuestro propio proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, consiguiendo la adhesión de 50 diputadas y diputados de todos los bloques con representación parlamentaria. Propone la despenalización y legalización en las primeras 12 semanas de gestación y más allá de ese plazo en ciertas circunstancias.
- Instalar por primera vez en la historia de nuestro país el debate en el Congreso de la Nación (ver aparte).
Esta Campaña, proceso inacabado que acontece y sacude sentidos, saca del closet la temática del aborto y contribuye en desordenar el orden heteropatriarcal conservador y pacato. Explica la antropóloga Rita Segato, que a pesar de las leyes que pretenden ejercer dominio sobre nuestros cuerpos, las mujeres tenemos de alguna manera control sobre la vida que albergamos. Entonces, cuando el Estado nos niega la libertad de decidir sobre la interrupción de un embarazo, comprendemos que nuestro cuerpo es colonia de un colectivo que controla los mecanismos legislativos y judiciales: el Estado, la sociedad, las iglesias. Sin embargo, las prácticas no son automáticamente guiadas por el Derecho. Para que el Derecho tenga peso en las vidas debe adquirir eficacia sobre las prácticas concretas y, evidentemente, las prácticas de gobierno sobre el cuerpo de las mujeres alcanzan muy poco esa eficacia. Entonces, continúa la autora, a través de esta posición de tutelaje, lo que se expresa es el poder patriarcal y de sus instituciones sobre el Derecho. Es decir, el cuerpo de las mujeres sería el bastidor donde intereses que son colectivos (de la sociedad, del Estado, de las iglesias) son expresados, y para ellas, salir de ese lugar, retirar su sexualidad, retirar su soberanía reproductiva, es una gran batalla que contribuye a mover todas las estructuras de la sociedad (Segato, 2010). Y esto pretendemos: sacudir toda la sociedad.
Según Lucy Irigaray, la palabra utopía contiene también una dimensión temporal, implica un “no todavía”. Aventuramos un no todavía lleno de posibilidades en un horizonte cercano ya que hemos construido junto a muchxs otrxs un tiempo en el que es palpable alcanzar la despenalización y legalización del aborto en Argentina.
La política resulta el lugar para la manifestación de nuestro disenso. La política es -en gran medida- la gestión del imaginario social, según Rosi Braidotti (2002). Ese imaginario en el que venimos provocando desfondamientos, grietas y fisuras a favor de la soberanía sobre nuestros cuerpos. Lograr la sanción favorable de nuestro proyecto de ley se inscribe en deseos de cambios profundos que permitan remover las estructuras desiguales de nuestra sociedad cuando de cuerpos, sexualidades, placeres, autonomías, géneros, desigualaciones, maternidades, ciudadanías se trata.
Le estamos poniendo cuerpo, pensamiento y acción a esta Campaña Nacional, convencidas de que el aborto legal, seguro y gratuito es nuestro derecho; conquistar su legalidad será -en parte- resultado de un derrotero lleno de desplazamientos y fugas que tenemos que seguir provocando. Las fugas se reúnen, se coordinan, se dispersan, se superponen y también se articulan y re articulan. Si pensar es una máquina de guerra, como sugiere Deleuze. O significa “vivir en un grado más elevado, a una velocidad más acelerada y de un modo multidireccional ” (Rosi Braidotti, 2002), nuestra apuesta ética y vital nos indica que nada nos exime de la tarea de pensar. En este sentido, pensar en recuperar una agenda política latinoamericana sobre el derecho al aborto resulta una urgencia, una provocación, una responsabilidad y una invitación por demás prometedora.
Bibliografía:
Braidotti, Rosi (2002): Metamorfosis. Hacia una teoría materialista del devenir. Ediciones Akal. Madrid. España.
Segato, Rita (2010): Intervención en Seminario Internacional: “El derecho al aborto, una deuda de la democracia”. Buenos Aires: Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Disponible en www.abortolegal.com.ar
Notas:
1 Este escrito lejos está de ser una producción individual, es posible por intercambios colectivos al interior de la Campaña y por debates plasmados en otros textos junto a las activistas feministas Claudia Anzorena, Estela Díaz, Florencia López y Yamila Balbuena.
2 En este rastreo, la tesis de la activista feminista-queer Mabel Bellucci es una referencia ineludible: “El aborto de la Argentina: desafíos y logros” (Bellucci, 2000).
3 Actualmente la Campaña está operando activamente en al menos 29 localidades de 14 provincias de Argentina: Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Córdoba, Unquillo, Río Ceballos, Salsipuedes (Córdoba); Resistencia (Chaco); Puerto Madryn, Trelew y Puerto Pirámides (Chubut ); Paraná (Entre Ríos); La Pampa; Gran Mendoza, San Martín (Mendoza); Neuquén; Bahía Blanca, La Plata, Lanús, Mar del Plata, Moreno, Olavarría (Provincia de Buenos Aires); Bariloche y El Bolsón (Río Negro); Salta; San Luis; Rosario, Reconquista, Rafaela, Avellaneda y Ciudad de Santa Fe (Santa Fe); Santiago del Estero y Tucumán.
4 Los Encuentros Nacionales de Mujeres son eventos que se realizan en Argentina desde hace veintiséis años. Reúnen a miles y miles de mujeres de todo el país, en los últimos años se suman presencias de latinoamericanas. Mujeres de una amplia y heterogénea gama (compañeras travestis participan desde hace algunos años y luego de fuertes debates por su incorporación), que una vez al año se dan cita para marchar, discutir, compartir sus reclamos y experiencias, avanzar en la organización. Como en todo espacio político nada es sencillo al interior de los ENM, sin embargo, ninguna vuelve idéntica luego de participar en uno de ellos. Una recuperación en clave histórica de estos encuentros fue escrita por Alma Amanda y Lorenzo Paula (2009): Mujeres que se encuentran. Feminaria. Buenos Aires
5 Para consultar adhesiones y proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE): www.abortolegal.com.ar
Fotos: Encuentro Nacional de Mujeres- Bariloche - Octubre 2011 - Laura Zurbriggen
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