8M: El tiempo del paro

Hacia el paro 8M 2018

Ni Una Menos

Hoy 8 de enero, empezamos la cuenta regresiva para el paro internacional de mujeres de 2018. No es un tiempo de descuento, sino de acumulación de fuerzas, de conversaciones, de encuentros para construir un nuevo grito común.

Producimos juntas el tiempo del paro, que es tiempo para nosotras. Y es un tiempo que se hace denso y que se multiplica porque es cuerpo a cuerpo y porque cuentan allí nuestras disidencias, nuestros territorios, nuestras experiencias y nuestros saberes.

8M 2017, en Neuquén Capital

¿Cómo construimos el tiempo del paro?
Nos juntamos con nuestras compañeras en cada lugar de trabajo, con las vecinas, con las amigas, con las mujeres de los pueblos originarios, con las organizaciones y los sindicatos, con las estudiantes, las docentes y las trabajadoras de la economía informal. Nos multiplicamos en reunión y producimos un tiempo de asamblea desde ahora. Produzcamos registro de esas reuniones para dar cuenta de que es un tiempo de ebullición y de trama común. Que lo que se dice y elabora en un lado, nutre y alienta a otras.

¿Por qué insistir con la herramienta del paro?

Cuando decimos #NosotrasParamos inventamos un nosotras que alberga mujeres, lesbianas, travestis, trans y a todas las identidades disidentes del cis-hetero-patriarcado. Decimos paro internacional porque esta herramienta nos permite hacer visible, denunciar y confrontar la violencia contra nosotras que no se reduce a una cuestión privada o doméstica, sino que se manifiesta como violencia económica, social y política, como formas de explotación y de despojo que crecen a diario (de los despidos a la militarización de los territorios, de los conflictos neoextractivistas al aumento de los alimentos, de la criminalización de la protesta a la criminalización de la migración, etc.). Con el paro internacional valorizamos otros modos de vida y gritamos que si nuestros cuerpos no cuentan, produzcan sin nosotras. Sabemos que si nosotras paramos, podemos parar el mundo. Lo hicimos en el 2017. Tenemos el desafío de fortalecer y complejizar esta medida común, ampliando la marea internacionalista en el 2018.

¿Cómo paramos?

Multiplicamos las imágenes y los sentidos de lo que significa la huelga aun cuando nos dicen que no podemos parar ni tenemos legitimidad para hacerlo. Hacemos de la pregunta del paro una investigación concreta y situada. Es un desafío al interior de los sindicatos y una interpelación a alianzas con las luchas sindicales que están sucediendo. Pero el paro desborda también los límites del trabajo con salario y valoriza el trabajo de cuidado y el trabajo no reconocido ni remunerado; la producción de lo común en las ciudades y en el campo, en los suburbios y en los territorios indígenas. Produzcamos registro de qué es lo que se para cuando nosotras paramos, de los múltiples trabajos que dejamos de hacer y de los muchos gestos de suspensión que el paro permite inventar.

La Internacional Feminista
Como nos dicen las zapatistas en su cita para este 8M: la rabia, la rebeldía y la dignidad alimentan formas de autonomía, insumisión y sublevación en diferentes lugares del mundo. Dijimos que nos mueve el deseo: es un deseo de hermanarnos en la búsqueda activa de la dignidad para todxs y nuestros territorios, en defensa de la vida y de la Madre Tierra frente a la avanzada de violencias capitalistas. Nos mueve un deseo de revolución.

¿Cómo nos coordinamos?

En varios encuentros de América latina y el Caribe se propuso unificarnos el 8M con el color violeta que identifica al feminismo para hacer visible esta marea y potenciar con esta gestualidad común las horas efectivas de huelga. Sabemos que ya están en marcha coordinaciones internacionales diversas. Tenemos el desafío de converger en la medida común del paro que se expande con las alianzas insólitas. Construimos estas coordinaciones en las redes sociales y cuerpo a cuerpo, en asamblea y en la calle. Faltan dos meses para el 8M. Este no es un tiempo regresivo, es el tiempo para la insumisión.

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