Desvinculaciones del espacio del Protocolo contra las violencias sexistas

A la Comunidad de la Universidad Nacional del Comahue

Desvinculaciones del espacio del Protocolo contra las violencias sexistas

Universidad Nacional del Comahue.

(Sobre el tema se conversó con el rector Crisafulli a fines de febrero y a principios de marzo se entregó la documentación relacionada con el tema)

Queremos hacer saber a toda la comunidad universitaria que a partir del día de la fecha, quienes integramos la Comisión para la institucionalización y seguimiento de problemáticas vinculadas al protocolo contra las violencias sexistas: Ma. Angélica Acosta Meza, María Trpin, Graciela Alonso y Lorena Higuera, nos desvinculamos de esta tarea/espacio, que con tantas expectativas emprendimos desde el año 2014.

Asumimos el desafío y compromiso teniendo como primer objetivo instalar la visibilización de situaciones de violencias en las relaciones interpersonales.

Al “Protocolo” siempre lo tomamos como un dispositivo para dar a conocer la gravedad de estas problemáticas en las unidades académicas y, a partir de allí, generar espacios de reflexión, cambios, aprendizajes, y nuevas pedagogías no sólo en las relaciones interpersonales, sino también en lo curricular y en los programas de estudio.

Las políticas de género en las universidades son temáticas pendientes, una deuda que tenemos con nosotrxs mismxs.

Pasado algunos años vemos que pudimos avanzar en algunas cuestiones importantes pero no logramos superar el trabajo voluntario/militante con el que iniciamos esta tarea de cuidado.

La universidad, pese a diversos requerimientos realizados, no asumió la institucionalización del tema protocolo y mucho menos, la transversalización de políticas de género en los espacios de formación, extensión e investigación.

Sin embargo hicimos mucho trabajo y lo queremos detallar:

  • Tomamos  y/o acompañamos a tomar más de 45 denuncias, a las cuales se le suman otras 6  llevadas a cabo por personal no docente dependiente de distintas secretarías de bienestar de otras facultades. Por lo tanto, son 51 las denuncias tomadas en el marco del Protocolo de Intervención Institucional ante denuncias por situaciones de violencia sexista en el ámbito de la Universidad Nacional del Comahue (Ordenanza Nº 1572/14).
  • Acompañamos al menos 30 situaciones en las que no se hizo denuncia pero en las cuales se requería nuestra participación.
  • En el 90% de las denuncias efectuadas tomamos intervención, efectuamos asesoramiento y sugerimos medidas a adoptar (más allá que no siempre se adoptaban dichas sugerencias).  El 10% restante no intervenimos por cuanto no se nos solicitó, lo cual sucedió en la mayoría de las denuncias efectuadas en la Facultad de derecho y Ciencias Sociales de los años 2017/2018.
  • Efectuamos charlas en los cursos de ingreso, haciendo folletos informativos, afiches y otras gráficas de cuyo diseño, contenido y difusión nos hicimos cargo exclusivamente.
  • Realizamos al menos 10 talleres en distintas facultades, asistimos a varias invitaciones en distintas cátedras y expusimos en paneles de distintas facultades y universidades sobre el protocolo y las temáticas que éste aborda (todo costeándolo de nuestro bolsillo).
  • Asesoramos en diversos expedientes y/o sumarios que tramitaron como consecuencia de las denuncias efectuadas, realizando los dictámenes respectivos.
  • Brindamos información y orientamos a las decanas y los decanos de casi todas las facultades sobre las prácticas a erradicar y cómo actuar ante situaciones concretas que se presentaban.
  • Participamos en la red nacional contra violencias.
  • Asistimos a paneles y talleres invitadas por ConaduHistórica y a Congresos sobre la temática.

En un contexto donde la conciencia social sobre las problemáticas de violencia crece rápidamente debido al trabajo de las organizaciones feministas y de mujeres, y a los efectos que produce la interpelación del movimiento NI UNA MENOS, adentro de la universidad se han intensificado las consultas y pedidos de denuncia.

Sin embargo, la política institucional de la gestión de la Universidad Nacional del Comahue no está a la altura de las circunstancias y ha desoído elementales pedidos para que el espacio que ocupamos tenga otra impronta y mayor repercusión en la vida universitaria.

Aclaramos que siempre tomamos las denuncias, más allá que luego no todas derivan en la aplicación del protocolo en el sentido estricto (sancionatorio) que establece la Ordenanza 1572/14, por entender que cabían otras intervenciones institucionales más atinadas o reparadoras.

Durante estos años hemos solicitado algunas cosas, pocas, a la universidad: compartir un espacio físico algunas horas para poder tener ahí reuniones y citar a las personas con las que tenemos que hablar; una dedicación total o parcial para una compañera que se dedicara al tema con mayor exclusividad; algún pasaje para estar presentes en reuniones nacionales; materiales para hacer campañas. Casi nada de esto obtuvimos. Demás está decir que el combustible para tomar denuncias, como así también la confección diseño y copias de la folletería también sale de nuestros bolsillos. Excepto el contrato de la abogada del espacio (muy precario por cierto), el resto le hemos puesto al espacio todo el tiempo y cuerpo de manera militante. Aún así, NO se nos garantizó mínimamente la continuidad del espacio, ya que desoyeron pedidos básicos para que nuestro trabajo tome otra entidad. La Secretaría de Bienestar Universitario de la segunda gestión del rector Crisafulli, claramente produjo retrocesos significativos en materia de atención a las necesidades de la comunidad universitaria.

No sabemos cuáles son los motivos para que no se pueda profundizar las diversas vertientes que tiene el tema. Muchas universidades y facultades que aprobaron sus protocolos con posterioridad a Comahue hicieron avances muy significativos.

El protocolo que pudimos conseguir en el Consejo Superior tiene sus defectos, es perfectible, pero claramente este no es el tema por el cual no se ha podido avanzar.

Hemos construido mucho saber y lo ponemos a disposición de las unidades académicas o equipos que quieran avanzar en el tema.

Nos desvinculamos del espacio, pero no de la problemática.

Seguiremos acompañando, escuchando, activando, pensando, articulando y proyectando desde otro lugar, porque estamos profundamente involucradas con la problemática.

Queremos que la universidad sea un espacio libre de violencias y deseamos, por lo tanto, que se garantice la aplicación del Protocolo y prácticas pedagógicas/institucionales sobre la temática que sean profundas y responsables.

Nos retiramos esperando que –de una vez por todas-, la Universidad esté a la altura de las transformaciones epocales que acontecen en la vida social, cultural, política y cotidiana. Hablamos de garantizar derechos humanos, de no incurrir en violencia institucional por desoír a víctimas de violencia sexista y de que esta Universidad pueda realizar un aporte sustantivo para con las mujeres y la sociedad toda.

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