Logramos poner la palabra aborto en voz muy alta

La Web Sindical

El 13 de junio se cumplió un año del día en que la Cámara de Diputades de la Nación otorgó la media sanción al proyecto por la Interrupción Voluntaria del Embarazo, que meses después fue rechazado por la Cámara de Senadores.

Hablamos con Ruth Zurbriggen, activista de la colectiva La Revuelta de Neuquén y Socorristas en Red, quien nos contó sobre lo importante que fue lo ocurrido en 2018 para el colectivo feminista, ya que se visibilizó una lucha de muchos años y se lograron algunos avances. Además enfatizó en cómo planean seguir trabajando por la aprobación de la ley y por otras causas como la Educación Sexual Integral, el cupo laboral trans y la correcta aplicación de la Ley 26.485 de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres, entre otras.

¿Qué significó para vos y para el colectivo feminista la media sanción de Diputades del 13 de junio del año pasado?

El 13J vivimos un momento muy importante para el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans y especialmente todas aquellas que nos reivindicamos dentro del movimiento feminista. Fueron jornadas profundamente conmovedoras, que plantean un antes y un después en relación al tema del aborto, más allá de lo que no conseguimos después en la cámara, de crueles conservadores y fundamentalistas senadores. Fue importante plantear el debate por los efectos que tiene sobre las vidas concretas la posibilidad de la media sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Me refiero a la posibilidad de extender el acceso a los abortos en el sistema de salud pero también los efectos simbólico, que eso es lo más importante y que no se ha logrado desarmar pese a la votación del senado.

¿Cuáles serían estos efectos simbólicos que provocó el 13J?

Con efectos simbólicos me refiero a cómo logramos poner a la palabra aborto y al reclamo por el mismo en voz muy alta. Los primeros pañuelazos desde febrero de 2018, todas las audiencias públicas que hubo transmitidas en vivo, el instalar el debate en los términos que lo instalamos, fue una situación histórica, no hay ninguna ley de este país que se haya esperado de la manera que se esperó la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Esas jornadas de vigilia esperando expectantes la votación, fueron el resultado de otras situaciones que veníamos vivenciando en el país, como Ni Una Menos que surgió en 2015; los encuentros nacionales de mujeres; año y años de campaña nacional instalando el tema del aborto y los efectos de la ESI. En cuanto a eso, aún con todo lo que falta para que la educación sexual integral de verdad sea integral, la ESI algo logró en las instituciones, ya que instaló temas como los derechos, masculinidades, femeneidades, la posibilidad de los cuerpos trans, y logró que después hubiera un movimiento tan fuerte, tan conmovedor, tan colorido, que se puso al hombro este reclamo como lo es el LGTB.

¿Cómo se vivió ese 8 de agosto con la negativa por parte la cámara de Senadores?

Sin lugar a dudas, perdimos en términos legislativos queríamos una media sanción que no conseguimos. En ese sentido, me parece y siempre quise ser clara, en que no es que acá no pasó nada, el 8 de agosto fuimos a buscar la posibilidad de aprobación y no la tuvimos. Así los sectores conservadores tuvieron un triunfo legislativo. De todas maneras viendo las reacciones posteriores al 8 de agosto, entiendo que todos estos movimientos que reclamamos la despenalización y legalización del aborto dimos pasos enormes en relación a seguir organizándonos.

¿De qué manera se siguió después de no conseguir la ley?

Después del 8 de agosto, la idea de “acá no se rinde nadie”, pese a lo que decidió el cruel Senado, se vio muy reflejada en el sistema de salud. Acá en Neuquén como también en Río Negro y en otras provincias, venían garantizando las interrupciones legales del embarazo pero en silencio, sin visibilizar los consultorios, sin hablarlo en voz muy alta y percibo que al no conseguir la ley, el sistema de salud se encargó de garantizar las interrupciones legales más que antes y de visibilizar esta problemática. Además, lo masivo del debate provocó que una enorme cantidad de mujeres accedieran a información sobre como abortar de manera segura o solicitar información y acompañamiento a colectivas socorristas como también dentro del sistema de salud.  Nosotras, “las Socorristas en Red”, en 2017 nos habíamos entrevistado con 5.791 mujeres y en 2018 fueron 8.462, cifra que aumentó notoriamente después de junio del año pasado.

¿Cuáles son los derechos que se busca conquistar ahora?

Principalmente, todo lo que tiene que ver con el reclamo de cupo laboral trans, me parece que está a la orden del día, insistir que les trans son una comunidad pese a las leyes vigentes y que todavía sigue postergada y que se necesita de la aprobación de estas políticas de discriminación positiva para que tengan mejores condiciones de vida. Por otro lado, estamos trabajando fuertemente con la aplicación de la Ley 26.485 de prevención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres. Ahí también hay un vacío enorme de política pública, que tenemos que seguir insistiendo con la necesidad de mayor presupuesto y políticas más ofensivas en todos los poderes y niveles del Estado, para colaborar en esta idea de tolerancia 0 con la violencia hacia las mujeres y los cuerpos femenizados. Después estamos trabajando, por lo menos nosotras “las revueltas” a la par de las exigencias, es por esto que armamos nuestras redes de cuidado, desplegando mucho más hacer en la red de socorristas, en el armado de “socorro violeta” que es el espacio de asesoramiento legal y acompañamiento que tenemos junto con ATEN integrado por profesionales y activistas feministas. Me parece que todo esto en su conjunto nos ayuda a seguir armando un modo de estar en este mundo que lo queremos cada vez más feminista.

¿Qué expectativas se tienen para este año con la nueva presentación?

Hay que tener en cuenta que estamos en un año electoral, en cuanto a esto lo grandioso de lo que paso el año pasado también es que nos ha acompañado tanto la prensa o sectores muy importantes de la misma, que se logró que ya sin pedirles, el tema del aborto sea un tema de consulta a quien se candidatea. Hubo una expansión de la sensibilidad despenalizadora y legalizadora, esto es una muestra de cómo hemos logrado convencer a sectores que antes no preguntaban por esto, que no tenían posicionamiento o peor aún que estaban en contra del reclamo feminista. Yo no sé que va a pasar con las posibilidades de debate dentro de las cámaras, teniendo en cuenta el contexto de las elecciones pero, si tenemos un año donde el aborto se siga hablando, si seguimos empujando sobre el tema, será ley. No sé si este año o el próximo, pero lo será.

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