La colectiva feminista La Revuelta presentó este 1 de junio la “Escuela Feminista Graciela Alonso” en la Universidad Nacional del Comahue.
En el mismo Salón Azul de la Biblioteca Central que fue sede de la despedida a Graciela Alonso, se presentó ayer la Escuela Feminista que lleva su nombre como legado vivo, ardiente y provocador. Hubo abrazos, encuentros, manos apretadas, lágrimas, nudos en la garganta, emoción, mucho amor, y un cierre con música interpretada por tres compañeras mapuce.
“Estamos muy contentas y emocionadas por esta aventura política que es para nosotras la escuela feminista Graciela Alonso”, aseguró Ruth Zurbriggen en la apertura de la presentación. La Escuela se inscribe dentro de un convenio marco con la Universidad Nacional del Comahue, que dotará de mecanismos institucionales a las distintas actividades de formación pedagógica que desarrolla La Revuelta, siempre con otras, otres, en articulación colectiva.
“Cuando iniciamos la construcción de La Revuelta, en 2001, con Graciela, con Val (Flores) pensábamos en una escuela feminista para niñas. La tarea crítica, que nos pone todo el tiempo a pensar sobre los límites, hoy deviene en este proyecto”, recordó Ruth. También explicó el contexto en el que surge esta iniciativa: “necesitamos cada vez más encontrar maneras de existir en un mundo que dificulta las existencias, que hace de los territorios un lugar de extractivismo invivible, donde los conservadurismos recalcitrantes, los colonialismos, los neoliberalismos y las derechas con sus racismos y sexismos acechan y amenazan con dificultarnos aún más las existencias”.
La primera actividad que se realizará en el marco de la Escuela es el ciclo de Talleres de Comunicación Feminista, que comenzará este sábado con la presencia de la periodista y escritora Marta Dillon. “Deseamos una Escuela donde reflexionar sobre nuestro malestar en el mundo desde determinados repertorios afectivos y éticos, queremos seguir creando rebeliones, comunidades frágiles de resistencias y de persistencias, de acción directa para armar programas que abran horizontes, queremos una escuela incendiaria y aguafiestas al decir de Sara Ahmed. Una escuela provocadora y para la provocación, que sea refugio rebelde, que permanezca cerca de lo cotidiano, para hacer posible la apuesta por los feminismos y transfeminismos en todas partes”, agregó Ruth.
Guadalupe Lazzaroni, psicóloga y docente feminista, fue compañera de Graciela y acompañó sus cuidados en sus últimos días. “En esta sala despedimos a Graciela y hoy la bienvenimos. Con tener el nombre Graciela Alonso ya va a ser un quilombo esa escuela. Tendrá la alegría, el empuje, el entusiasmo que Graciela nos dejó y nos militó”, reflexionó Guadalupe durante la presentación.
“Mucho newen para esta Escuela”, deseó a su turno, Pety Pichiñam, autoridad del Lof Puel PvjV. “Para el pueblo mapuce esta escuela va a ser un espacio para la descolonización, para compartir saberes y conocimientos, para empoderarnos en defensa de las vidas de este territorio y en contra de un sistema patriarcal, racista, extractivista”.
Flora Partenio, socióloga y parte de la Red Feminista Dawn, remarcó la apuesta que hizo Graciela en la Universidad, en los espacios sindicales, en “los feminismos no condescendientes que interpelan, que hacen pedagogía, que buscan horizontes de lucha emancipatoria”. Además, trajo a la memoria uno de los últimos escritos y debates de Graciela: “en marzo de 2019, en uno de sus últimos trabajos nos decía: frente a la barbarie extractivista plantemos sostenibilidad de la vida”.
Las Pu zomo del Lof Newen Mapu, Mel Miska, Malen Nawel, Ivy Puel Catriel, y Silvia Mellado (como invitada), dieron el cierre con su música a tanta palabra y emoción que circuló durante la presentación.
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