“Mi primer impulso fue ‘quiero hablar sobre sexo’, ahí empecé a hacer reguetón”

Por primera vez viene Chocolate Remix a Neuquén. Será la banda que este año cierre la Marcha del 8M en el espacio Graciela Alonso. No te pierdas esta charla con Romina Bernardo, líder de la banda.

Por Emiliana Cortona

 

Por primera vez viene Chocolate Remix a Neuquén. Será la banda que este año cierre la Marcha del 8M en el espacio Graciela Alonso. Foto: https://www.chocolateremix.com/
Chocolate Remix en pleno show. Foto:chocolateremix.com

Las medias de red se tensan. Dejan ver la piel que está debajo. Lxs dos bailarines se tocan la nuca, se levantan el pelo y las dejan al descubierto. La malla enteriza de escote y espalda descubierta termina en una tanga diminuta. Se ven sus culos. Lo saben. Los muestran. Los gozan al ritmo de:

No te dejes llevar por los opresores

Que esto es reguetón mami, esto no es folklore

El público se enciende. Las botas negras altas repiquetean sobre el escenario.  Disocian la cadera de la cintura. Sus culos son la atracción central. Los mueven para afuera, para adentro. Las rodillas están flexionadas, las manos en las caderas. Menean. Primero despacio, después candente. Dominan su energía. Se miran. Se atraen. El beat del reguetón late en sus pelvis. Lo disfrutan. El público ya está erotizado, se toca, baila y grita:  

Me gustan cumbiancheras, me gustan reguetoneras

Me gustan las nenas que mueven su cadera

Me gustan negras, me gustan fuleras

Me gustan tramposas me gustan bandoleras

 

Romina Bernardo, es líder de Chocolate Remix y habló con La Revuelta. Foto: instagram.com/chocolateremix

—Para mí el reguetón canaliza un montón de energía sexual. Justamente, por ese motivo, es que hago reguetón.

Romina Bernardo está en Buenos Aires, pero en pocos días aterriza en Neuquén. Es tucumana aunque hace más de 19 años que vive en Capital Federal. Es la líder de Chocolate Remix y la exponente más importante del reguetón lésbico en Argentina.

—La sexualidad es lo que nos han reprimido desde que nacimos.  Desde que tengo uso de razón fui chonga, lesbiana. Yo tengo el recuerdo de saber que era lesbiana a los tres años, sin saber que se llamaba lesbiana. El lugar común o el destino que estaba diseñado para las personas que nacen con concha, nunca me cerró. Yo no miraba la vida igual que la miraban niñas de mi edad.

Estudió arte multimedia. Primero aprendió lenguaje de programación, después análisis de sistemas. Trabajó diez años en informática, pero un día tomó una decisión:

—Ya fue todo dije. Me la juego con hacer música. No quiero invertir más energía en hacer sistemas para empresas que son millonarias.

Antes de tomar esa decisión escribió su primera canción. Se llamó “Nos hagamos cargo”. Y su estilo estuvo marcado desde el comienzo. La letra de la canción empaña los lentes de quien la lee. Mirá, probá:

Tu mirada no me miente, es que está en tu subconsciente.

No es que aparecen tan de repente esas ganas locas de ponérmela en la boca y que me venga arriba tuyo mientras me la tocas

y que grite como una perra en celo y te pida,

por favor que me agarres de los pelos y nos revolcamos dando vueltas en el suelo y que te la chupe como chupo un caramelo.

Entonces acércate. Entonces háblame. Entonces nos hagamos cargo.

¿Dale?

Romina no era ni cantante ni rapera, pero le gustaba la música y exploró. Durante tres años subió material a sus redes sociales; hizo performance en vivo e improvisaciones artísticas en escenarios amigos. Pero, en 2016 empezó a tener el deseo de hacer música de manera profesional y lo decidió: sacó su primer disco, “Sátira”.

—Mi primer impulso fue “quiero hablar sobre sexo”. A partir de ahí empecé a hacer reguetón.

Y lo que surgió de esa búsqueda fue un género en sí mismo: el reguetón lésbico. Con perrero, con bailarines en escena y con letras que disputan el sentido de lo dado.

—No es algo que inventé yo. Antes de que pudiera expresarlo, a través de un mensaje artístico, ya sucedía. Yo veía mujeres bailando twerk, mujeres bailando perreo, mujeres bailando reguetón, incluso mujeres bailando con hombres. Y veía que pasaba algo diferente de lo que estaba establecido. Un poco mi laburo estuvo encaminado a visibilizar el potencial que tenía el reguetón y en tratar de darle brillo, realizarlo, mostrarlo y evidenciarlo.

Hay un imaginario que entiende al reguetón como un género machista, que estereotipa y estigmatiza. Y, claro, lo hace. Pero, la potencia de Chocolate Remix está en disputar ese sentido. Con las letras, con el perreo, con lo explícitamente erótico. Con mostrar otras formar de tener sexo, alejadas de lo heterosexual, con visibilizar el placer de las mujeres, de las lesbianas.

Las canciones de Chocolate Remix recuperan un ritmo que retumba en el cuerpo, zarandea los hombros e invita a quebrar la cadera. Chocolate Remix logra convertir el reguetón en una herramienta de liberación y al perreo en un arma de cuestionamiento, incluso al interior de los feminismos.  Y este año viene por primera vez a Neuquén. Y lo hace en una fecha especial: el 8M, el 8 de marzo, el paro internacional feminista. Invitada por La Revuelta se suma al festival que se realizará en el espacio Graciela Alonso. Tocarán después de Noe Pucci, Meli Miska y Pu Zomo.

—Me regusta la idea de pasar el 8M fuera de Capital Federal, que si bien es donde vivo siendo tucumana, me interpela la centralización, este imaginario de que todo sucede en Buenos Aires.  ¿Que nos vamos a quedar haciendo en Buenos Aires que hay un montón de actividades? También las hay en otras provincias. Por eso, dijimos, vamos a ver qué está pasando en Neuquén.

Para Romina todos los 8M tienen algo de particular. Este 2023 esta signado por ser un año electoral y por dos casos que coparon los medios de comunicación: el juicio por el asesinato de Fernando Baéz Sosa, en el que sentenciaron a 8 jóvenes varones, y el juicio por el crimen de Lucio Dupuy en el que condenaron por el asesinato y abuso sexual a la madre del niño de 5 años y a su novia.

—Este año volvemos a repensar y reflexionar sobre diferentes cosas que nos atraviesan como es el punitivismo. Que nos toca de muchas maneras, porque dentro de nuestros mismos espacios hay diferentes posturas. Todes tenemos reflexiones que hacer. Por ejemplo: ¿Qué pensamos de ese nivel de punitivismo? ¿Nos pasa lo mismo cuando lo que sucede es un femicidio?  Hay un montón  de cosas que creo que están dando vueltas, que vamos a empezar a decantar y a conversar.

Chocolate Remix llega a Neuquén el 7 de marzo. Se presentará al día siguiente en el cierre de la Marcha del 8M. Foto: https://www.instagram.com/chocolateremix

Los shows de Chocolate Remix tienen esa amalgama: el sudor en la espalda, las ganas de toquetearse y letras punzantes:

No hay excusa, para cubrir al que abusa

Aquí llegó pa’ molestarte esta intrusa

Todas las que mataste, hoy son mi musa

Yo voy a aclararte esas ideas confusas

Mente obtusa, ¿qué importa si llevaba escote o blusa?

Y el espectáculo que prepara para hacer en Neuquén no se queda atrás. Viene en formato reducido, el sound system le llaman: dos bailarines, DJ, Romina y técnica.

—Siento que será un concierto más del lado de lo alegre y de lo positivo, a pesar de que tocamos a veces temáticas y problemáticas que son duras y crudas.

En el show de Chocolate Remix se garantiza mutar de la rabia, al enojo, al goce, y a la  alegría.  

—Es como atravesar varias emociones y cuestiones hasta el momento del desenfreno y la algarabía. La idea es un poco tratar de quedarnos con eso, como experiencia transformadora, con una energía vital con lo que después vamos a hacer un montón de otras cosas.

Romina como buena tucumana arrastra la erre y tira carcajada con ruido.

— Es un ritual, que a pesar del contexto, de las temáticas duras, termina en una catarsis de fiesta, de gozo, de celebración, en un perreo intenso.

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