Se realizó en Neuquén el primer Encuentro de Adolescencias Feministas. Entre juegos, rondas de mate y charlas a toda hora circularon experiencias, risas, frustraciones, y un sentir en común: saberse acompañadas.
El viernes 3 y sábado 4 de noviembre la Planta de Campamento N°1 de Neuquén fue el lugar en el que 17 adolescentes, de entre 12 y 17 años, se encontraron para compartir experiencias en torno al feminismo. Ésa fue la convocatoria inicial, pero también hubo tiempo para jugar a la pelota, al Doble Revuelta, para tirarse un rato al sol o charlar hasta altas horas de la noche. “Salió todo mejor de lo que esperábamos, yo por lo menos tenía miedo de encontrarme con un grupo tímido pero naturalmente se dio una vibra muy linda, hubo momentos de empatizar con historias de otras, y de cagarnos de risa también, obvio”, cuenta Valen, una de las organizadoras de la actividad junto a Olivia, Ana, y la colectiva feminista La Revuelta.
Sobre los temas que salieron durante el encuentro Valen describe que “hablamos mucho de violencia en el noviazgo, de acoso, de cosas normalizadas en nuestras familias, pudimos compartir y aprender de las otras”.
Una sensación sobrevoló casi de manera permanente: no sentirse en soledad. Para Valen hubo “mucho acompañamiento, empatía. Esto de decir ‘no me pasa a mi nada más, no estoy yo solamente pensando así. Hay otras en la misma sintonía, luchando por lo mismo’. Fue muy reconfortante”. Bianca tiene 17 años y también remarca que “es saber que no estoy sola, yo a los 12 me sentía super sola en este movimiento y me re hubiese gustado estar con chicas más grandes”.
“Este encuentro me dejó compañía”, dice Génesis, adolescente mapuche del lof Newen Mapu. “Me gustó que tocamos temas que teníamos normalizados y pudimos sacarlos a la luz. Fue intensivo y lindo”, asegura.
Mar tiene 15 y resume con palabras justas lo compartido: “tenemos una necesidad de crear redes de contención, de escucha, de información sobre feminismo y sobre la igualdad de género en las adolescencias y en las escuelas. Se reflejó mucho el valor de la ESI en todos los ámbitos y cómo es transversal. El feminismo es lo mejor que podemos elegir como adolescencias para cuidarnos, para luchar por un mundo más justo y una sociedad más igualitaria”.
Como todo dentro del feminismo lo individual y lo colectivo se cruzan, se entrelazan, confluyen. Paloma tiene 14 años y cuenta que quiso participar del encuentro por un motivo personal: “vine porque siento que soy medio cerrada, y fue un primer paso para socializar. Me voy con una buena experiencia. Charlamos sobre el machismo de nuestro entorno cotidiano, sobre nuestros derechos”.
Vicky, la más chica del grupo, de 12 años, contó que se sintió en un espacio cómodo y seguro. “Me gustó la idea de poder charlar las cuestiones de género, y que sea entre pares. Por ahí entre amigas hablamos pero es medio tabú”.
¿Qué se siente ser la aguafiestas del grupo?
El sábado, con el sol de la mañana y en una ronda de mates y frutas, tuvo lugar la charla “Ser Aguafiestas Feministas”, inspirada en la idea que desarrolla Sara Ahmed. En su libro “Manual de la feminista aguafiestas”, nos pregunta: “¿Se niegan a reírse de chistes que les parecen ofensivos? ¿Las han llamado conflictivas por señalar un conflicto? ¿Al sacar algún tema les parece que la atmósfera se pone tensa? Si contestan que sí a alguna o a todas estas preguntas, es posible que también sean feministas aguafiestas. Y escribí este manual para ustedes”.
“Lo que más nos impactó fue la pregunta de qué sentíamos al ser las aguafiestas y se repetían muchos sentimientos de angustia, de frustración, de guardarse muchas cosas”, explica Valen.
Para Josefina, de 17 años, fue uno de los momentos más enriquecedores: “Me gustó intercambiar sobre eso, coincidimos en que en el colegio nos sentimos solas por esto de ser la feminista aguafiestas, y nos sentimos a veces enojadas o frustradas”.
La ronda permitió una escucha atenta, un intercambio de sentires y una reflexión final vinculada a que se bien muchas veces se sienten solas y por momentos frustradas, el feminismo las encuentra, las acompaña y las reconforta.
¿Qué le dirías a tu vos de pequeña?
El cierre del encuentro fue con choripanes, juegos al sol, y una actividad sobre las propias infancias. En una tela cada une escribió uno o más consejos a su “yo de pequeña”.
“Tu cuerpo es hermoso”, “Confia en tu mamá”, “Tu opinión vale”, fueron algunas de las frases que llenaron la tela.
La invitación quedó abierta para generar otro encuentro, armar un grupo de Whastapp y hasta organizarse para marchar juntas por adolescencias más cuidadas, más libres, más amorosas y feministas.
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