Devenir un oído feminista, es darle a las denuncias un lugar dónde ir.
Sara Ahmed (2022).
“¿Querés agua?”, “Mirá, acá tenes un caramelito”, “Ahí tenés pañuelitos”. Así, activistas feministas reciben y acompañan en el Socorro Violeta a quienes atraviesan violencias machistas.
El Socorro Violeta (SV) es un dispositivo de acompañamiento y asesoramiento jurídico gratuito – no realiza patrocinio jurídico – creado por La Revuelta allá por el 2009, en articulación con los sindicatos docentes ATEN y ADUNC. Hoy sigue en pie. A lo largo de estos años funcionó en varios espacios: en sedes de ATEN, de ADUNC y en la Biblioteca Popular Eliel Aragón. Desde 2022 en la Casa Revuelta. Más allá de las mudanzas siempre mantuvo un propósito: acompañar, aconsejar, escuchar y asesorar a mujeres y disidencias ante violencias machistas y en ese hacer postular reclamos a los distintos poderes del estado.
Allá por 2013 SV cambió su modalidad, dejó la atención presencial para abocarse a la proyección e implementación de normativas y al impulso sostenido de políticas públicas, junto a otras organizaciones y redes interinstitucionales. También acompañó algunas situaciones que sus efectos expansivos constituyeron causas políticas desde las cuales insistir en denuncias.
En el año 2018 retomó la atención presencial semanal. “Desde esa fecha es como un Socorro Violeta recargado” dice Johana Berón, trabajadora social y una de las siete activistas que lleva adelante este espacio. “Acompañamos a las mujeres que son víctimas de violencia por su condición de mujer”, cuenta, “violencia familiar, laboral, institucional, física, económica u obstétrica”. Así, cada jueves una dupla de activistas reciben, escuchan y contienen a quienes se acercan al espacio. Durante los años de la pandemia la atención fue virtual, ese tiempo difícil tuvo formas laxas y flexibles y mucha demanda propositiva al poder judicial.
Este año es particular para el SV. La crisis económica, el gobierno de Javier Milei y sus decisiones políticas impactan sobre la población y en especial sobre las vidas de las mujeres. Y eso, el grupo de feministas que integran el SV lo sabe. Por eso, decidieron sumar un día más de atención.
Johana cuenta la decisión así: “El año pasado en una reunión nos preguntamos: ¿Qué va a pasar con el traslado de las mujeres para que vengan a un encuentro presencial? ¿Cuánto les va a costar venir? ¿A cuánto se va a ir el colectivo? ¿Van a dejar de venir por no tener dinero?”.
Por eso, tomaron una decisión importante: sumar, a los encuentros presenciales, una nueva vía de comunicación. Desde este año, a partir de marzo, el SV brinda también asesoramiento por teléfono. “Quienes no pueden venir a la Casa Revuelta”, cuenta Johana, “nos pueden llamar”.
Entonces la atención telefónica se suma a la presencial. Los martes acompañan por teléfono (de 14:30 a 17:30 en el 299-5227011) y los jueves en la Casa Revuelta (de 14:30 a 16:30 en Ernesto Sábato 1209).
Desde que inauguraron la atención telefónica recibieron consultas de mujeres que llamaron desde Cutral Co, Zapala, San Martín de los Andes. “Es decir, llegamos a mujeres que viven fuera de Neuquén capital”, analiza Carla Nuñez, abogada e integrante del espacio desde 2022.
Ambas sacan números y calculan: en promedio, entre la atención telefónica y la presencial, reciben entre 6 y 8 consultas por semana.
La crisis económica impacta de manera diferenciada en mujeres, niñeces, adolescencias y adultes mayores. Y eso se observa en las consultas que recibe el SV. “Vemos que este año tenemos más consultas sobre aportes económicos”, explica Carla, “muchos padres se han quedado sin trabajo y eso repercute en la cuota alimentaria”.
“No es que merman las otras violencias”, aclara Johana, “seguimos teniendo consultas por violencias físicas, psicológicas, etc. Pero este año vemos que se profundizan las violencias económicas y las que suceden en espacios laborales”.
“Y a esto hay que sumarle”, acota Carla, “que el acceso a la Justicia está negado absolutamente. Por ejemplo: las medidas de restricción de acercamiento que piden las mujeres, se las niegan, o directamente no les dan respuesta. Las mujeres a veces vienen y no saben ni siquiera el expediente que está en trámite”.
Más allá de los acompañamientos:
El SV es, para las activistas que lo conforman, más que un grupo de acompañamiento, es una parte importante en sus vidas. Es un activismo que no tiene ni horario de entrada, ni de salida. Por eso, a donde las invitan a contar su experiencia, tratan de acudir.
Este año, por ejemplo, participaron de la Cátedra de Derecho Político en Fiske Menuco en la carrera de Derecho. El año pasado lo hicieron en una materia de Acompañamiento Terapéutico en otra facultad. También estuvieron en escuelas primarias y secundarias, trabajaron con estudiantes, en jornadas de formación docente. “Contamos qué es el Socorro Violeta”, explica Carla, “compartimos las maneras que tienen de contactarnos, les dejamos folletería, material a docentes, a los niños, a las niñas también”.
No le corren el cuerpo a las demandas al estado y, cuando son convocadas, participan en espacios gubernamentales, a sabiendas que “el activismo de la queja” (al decir de Sara Ahmed) frente a las violencias requieren intervenir, proponer, exigir, denunciar para que cierto estado de cosas cambie.
El encuentro, el acompañamiento:
“Las mujeres se acercan y cuentan lo que quieren, o lo que pueden”, explica Johana, “y nosotras tratamos primero de ver qué necesitan del espacio. A veces, simplemente necesitan contar lo que están viviendo, y eso ya es un alivio para ellas, otras veces necesitan saber cómo tramitar algo jurídicamente, otras saber si su abogado está haciendo bien las cosas. Siempre les preguntamos ¿Qué te repara? ¿Qué esperas de este espacio? ¿En qué te podemos acompañar?”.
“Todas las mujeres que vienen se llevan un teléfono de alguna de la dupla que la acompañó”, agrega Carla, “tratamos de mantener una comunicación, poder hacer un seguimiento, y saber en qué quedó la denuncia – si es que hizo – o si necesita algo más”.
“Yo siento que las mujeres que vienen al Socorro se encuentran con un espacio con gente disponible”, dice Johana, “esa disponibilidad que no hay en otra institución. Vas a la comisaría a hacer una denuncia y lo que menos tenés es gente disponible que te atienda, que te hable bien. En cambio, el activismo es estar disponible. Es decirle: llevate mi teléfono, escribime”. “Y también son espacios que son cuidados”, cierra Carla, “estamos cuidadas entre compañeras, nos acompañamos, nos sentimos seguras. El Socorro Violeta es poner el cuerpo para alojar a la otra con amor”.
También podés llamar al 148, la Línea telefónica del estado que es gratuita y confidencial. Funciona todos los días, las 24 horas, en toda la provincia de Neuquén.
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