Ecuador: “Queremos una ley de aborto justa, reparadora y sin plazos”

La Asamblea Nacional de Ecuador debatirá en los próximos días una ley que establece plazos en el acceso a un aborto legal. Desde el movimiento feminista alertan sobre el retroceso en los derechos de las mujeres y de otras personas que necesitan abortar que implican los proyectos en debate y exigen que la nueva ley esté centrada en “las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual, y no en los plazos y el feto”.

Foto de Juan Manuel Ruales, compartida por Las Comadres Ecuador

 

El aborto en Ecuador es legal desde 1938 bajo tres causales: riesgo de vida de la persona gestante, riesgo para su salud, o en caso de violación a mujer demente e idiota. En 2013 se reformó el Código Penal y se modificó a “mujer con discapacidad mental”. En abril de 2021 la Corte Constitucional declaró la inconstitucionalidad de la frase “mujer con discapacidad mental” lo que implicó la despenalización del aborto en cualquier caso de violación no solo a mujeres con discapacidades. En esa sentencia, la Corte también requirió a la Asamblea Nacional que elabore un proyecto de ley para regular el acceso al aborto legal en Ecuador. “Para las organizaciones del movimiento feminista, de mujeres y disidencias sexo-genéricas, nos parece un error plantear nuevamente a la Asamblea Nacional que elabore un proyecto de ley que regule el acceso, y que se están dando situaciones en la Asamblea cargadas de dogmas religiosos, misoginia, e intentos permanentes para que el acceso al aborto incluso en la causal violación sea restringido”, explicó Sarahí Maldonado, fundadora y vocera de Las Comadres.

Las Comadres es una de las organizaciones feministas en Ecuador que brindan información y acompañan a mujeres y otras personas con posibilidad de gestar, en sus abortos. “En nuestro país las niñas viven en un entorno incestuoso, de violencias sexuales intrafamiliares, de complicidades, omisiones y negligencias del Estado. Seguiremos apelando y exigiendo una ley justa y reparadora que no establezca plazos. Para que el aborto no sea un privilegio de pocas, sino un derecho al que puedan acceder todas”, relató. “Hay que poner en el centro a las víctimas y sobrevivientes de violencia sexual, no en los plazos y el feto. Queremos que se incorporen de manera integral, comprometida y seria las recomendaciones técnicas y médicas de los derechos de las víctimas y sobrevivientes de abuso sexual que requieren abortar. El establecimiento de plazos es una limitante para las históricamente excluidas”, agregó Maldonado.

Foto de Juan Manuel Ruales, compartida por Las Comadres Ecuador.

El martes 25 de enero la Asamblea Nacional debatirá dos proyectos para el acceso al aborto con plazos. Maldonado explicó que el que tiene dictamen de mayoría establece el acceso a la interrupción del embarazo hasta las 22 semanas para mujeres niñas y adolescentes menores de 18 años; hasta las 20 semanas para mayores de edad; y una definición ambigua para las mujeres con discapacidad que en apariencia no establece plazos pero que deja lugar a interpretaciones. El dictamen de minoría es mucho más restrictivo: plazo de 6 semanas para mujeres mayores de 18 años, y hasta 12 semanas de gestación para niñas y adolescentes menores de 18, mujeres de la ruralidad y con discapacidad. “Sin duda esta postura forma parte del lobby político de grupos fundamentalistas conservadores. Hay riesgo de que no se apruebe el de mayoría y sí el de minoría, que además incorpora la objeción de conciencia institucional”, agregó Maldonado.  

“Esta violencia política que no es distinta a otros períodos legislativos han hecho que el debate se centre en poner plazos al acceso del aborto legal”, remarcó la activista feminista.

La marea verde no tiene fronteras, y se nutre de las acciones y articulaciones sororas en toda Latinoamérica. La legalización del aborto en Argentina no solo colaboró en los debates abiertos en Chile, sino que reflotó impulsos en distintos países. “El aborto legal en Argentina nos ha dado nuevo impulso. La marea verde en Ecuador se suma con todo el bagaje y recorrido del movimiento feminista en esta construcción de nuevas formas de entender nuestras vidas, nuestra autonomía, de defender nuestros derechos, de posicionar el aborto como una realidad, como una decisión que puede ser vivida de otra manera, como un acto reparador. Nuestra lucha forma parte de este tejido de resistencias cotidianas que hacemos desde distintas trincheras latinoamericanas”, concluyó Maldonado. 

 

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