10 años de socorristas en red, 10 años de activismo abortero

Plenaria de SenRed 2022

Socorristas en Red cumple 10 años de activismo abortero. Un 30 de marzo de 2012 en Córdoba se tejieron los primeros hilos de esta Red que no para de crecer en territorio, socorros, conocimientos y vínculos amorosos. 

La emoción las sorprende mientras hablan de Socorristas en Red (SenRed), de cómo empezaron, de cuánto han crecido, de los impactos en sus vidas, de la posibilidad de acompañar, de la revolución de los abortos, de los vínculos sororos, de la oportunidad de elegir qué vida quieren vivir. Cuatro socorristas de distintos puntos del país reflexionan sobre el activismo abortero a lo largo de estos diez años.

Lidia Zurbriggen tiene 59 años, vive en Córdoba, es docente y activa en la colectiva Hilando. Sus hermanas Ruth y Laura también forman parte de Socorristas en Red (SenRed). Su casa fue el lugar de la primera reunión de socorristas, un 30 de marzo de 2012. “Todas las que participamos en esta primera reunión éramos activas en la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito; integrábamos distintas colectivas feministas. Hasta ese momento decíamos que éramos pasadoras de datos, de información sobre profesionales que realizaban abortos, ayudábamos a conseguir recetas de misoprostol”, recuerda Lidia. “Fue muy importante la colectiva La Revuelta en este primer encuentro. Yo siento que ellas fueron quienes nos animaron a esta aventura política, porque ellas venían acompañando a mujeres en sus abortos, compartir esa experiencia nos ayudó a que nos involucrásemos en este dispositivo político feminista que es el Socorrismo”.

Durante ese primer encuentro compartieron distintos materiales que sirvieron de disparadores e inspiradores para la Red: el fallo FAL de marzo de 2012, el libro “Más información menos riesgos” de Lesbianas Feministas por la Descriminalización del Aborto, la película francesa “Ella tiene los ojos bien abiertos”  sobre el movimiento por la liberación del aborto y la contraconcepción en Francia, el servicio Socorro Rosa que desarrollaron las italianas en los años 70, y también el servicio clandestino “Jane”, que llevaron adelante feministas norteamericanas en Chicago. Genealogías que allanaron caminos, posibilitaron estrategias y marcaron la importancia de trabajar en red.

Lidia Zurbriggen – Córdoba.

“No había nada cerrado, era como un ensayo, pero teníamos la disposición política y el compromiso de ser acompañantes de abortos. Nos marcó ese primer encuentro, esos intercambios, escucharnos entre nosotras. Hubo temores. Pero nos teníamos. Estábamos convencidas que queríamos informar y acompañar abortos, queríamos cuidar a quienes se comunicasen con nosotras, aliviar sus angustias, temores, sacar el aborto de lo privado y oculto para hacerlo público, politizarlo. Acompañar abortos siempre fue una manera de resistir y cuestionar los mandatos del patriarcado y sus instituciones”, reflexiona Lidia.

Actualmente son 56 las colectivas que participan de SenRed en todo el país, y en la última plenaria asistieron 202 activistas y se sumaron colectivas y redes de Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Chile. “Es una red viva que piensa política y colectivamente estrategias para seguir existiendo, nos interpelan los debates que se dan en la sociedad los feminismos y movimientos sociales”, asegura Lidia. Se emociona cuando pone en palabras el deseo que las mueve: “deseamos un mundo feminista donde no haya ningún tipo de explotación, de discriminación, de opresión. Nos planteamos seguir haciendo vivir la ley 27.610 de interrupción Voluntaria del Embarazo, que la conozcan todas las personas”.

Una red viva que acompaña abortos, que sistematiza esos acompañamientos, que se nutre de actualizaciones con el sistema de salud, y que a la vez analiza datos con la finalidad de mejorar en calidad y autonomía el derecho al aborto. Es así que al primer protocolo sobre Cómo abortar con pastillas, sumaron la difusión sobre la Mifepristona (droga que al usarse combinada con el Misoprostol acorta y mejora el proceso de aborto); que incorporaron una protocola específica para niñas y adolescentes que necesitan abortar y lanzaron la campaña “En un mundo justo las niñas no son madres”; que contribuyeron a extender la Marea Verde en 2018, intervinieron en los debates del Congreso Nacional, desarrollaron estrategias públicas y en las calles en 2020 para exigirle al gobierno y al Congreso que se trate la ley de IVE; y que en la última plenaria incorporaron a su nombre la definición trans: “Socorristas en Red (feministas y transfeministas que abortamos)”.

Transfeminismo

Socorro Rosa Villa Regina

“Incorporar el transfeminismo a nuestro nombre implica una apuesta política que va a traer aparejado mucho trabajo. Tendremos que ver cómo vamos a leer los acompañamientos de abortos a personas trans, qué saberes se generan, hacia ahí estamos yendo”, explica Tamara Ramírez, docente, formadora e integrante de SenRed desde 2015 a través de Socorro Rosa Villa Regina, Río Negro. 

A lo largo de estos diez años Tamara reafirma que “construimos muchos saberes sobre el uso de la medicación, de la mifepristona, que revolucionó nuestros abortos, que les dio mayor calidad a los abortos y acompañamientos. Crecimos en la sensibilidad y capacidad de desarrollar prácticas de acompañar infancias y adolescencias. Lo hicimos a partir de la lectura de datos, hemos ido afilando también el trabajo político con esa producción de datos”.

Tamara agrega que la Red “tiene un sentido político pedagógico. Nuestro modo de hacer feminismo no solo está basado en prácticas de acompañamientos de abortos con medicación, sino que está anclado en la producción de conocimiento, hay una epistemología feminista que acompaña el hacer de Socorristas en Red. Activamos acompañamientos de abortos libres y feministas, donde prima la autogestión del aborto acompañado. Es una práctica que tiene que ver con elegir los modos de vivir nuestras vidas”.

El socorrismo no solo impacta en las vidas de quienes deciden abortar, sino también en las personas que activan en la Red.  “Tomé la decisión de maternar siendo socorrista, acompañar abortos me enriqueció los modos de pensar la gestación y la maternidad, de mi hacer docente, es un modo de hacer política totalmente afectado, donde todo el tiempo aparece la decisión. Esa persona que decide abortar y la decisión nuestra de acompañar -que es una decisión política, amorosa- me acerca a la idea de libertad”, Tamara hace una mínima pausa obligada por la emoción, y sigue: “el socorrismo es una decisión de vida, que me modificó, que me moviliza y me enriquece”.

Bienes comunes

Grupa Chanas, San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires.

Enriquecer, mejorar, brindar calidad, no solo garantizar un derecho, sino hacerlo en las mejores condiciones, cada vez con mayores conocimientos y estrategias superadoras. El activismo socorrista no se detiene. Bernardita Rimoldi es una de las tantas personas jóvenes de SenRed. Vive en San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires, trabaja en un kiosco y estudia danza. Su grupa Chanas se sumó a SenRed en 2019. Cuenta sobre los “bienes comunes” dentro del activismo socorrista. “Tiene que ver con la apuesta política de un hacer colectivo. Construir organización feminista, ingenierías cotidianas de nuestro hacer y compartirlo para que sea herramienta para otres, otros, otras personas en activismos porvenir. Desde escribir un documento a partir de la reflexión de la propia práctica, hasta poder tener una plataforma donde volcar nuestra sistematización de datos con la importancia política que eso implica”.

Hacer en Red es hacer en colectivo, y ese activismo repercute en las vidas personales. Porque lo personal es político, siempre. “El activismo socorrista llega a mi vida como un espacio donde poder construir colectivamente y en red acciones directas y micropolíticas. Compartirnos nos permite aprender. Compartir nuestras sensibilidades logra conmovernos, contenernos, ser nuestro sostén y compañía, nos potencia.  El activismo socorrista también transformó mi mirada. Me hizo dar cuenta que es posible no ponerse techos, sino seguir viendo horizontes. Que las luchas colectivas nos obsequian pisos y caminos dónde seguir andando… Que el aborto legal, libre y feminista no solo es una lucha para Argentina sino para América Latina y el mundo”, remarca Bernardita.

Orgullosamente socorrista

Alicia Ramírez, Tucumán.

El norte argentino también cuenta con grupos socorristas al pie de la teta. “Aquí, entre estas montañas, que hacen que las distancias y las dificultades sean mayores, las Socorristas somos las que estamos para ayudar, para atenuar los dolores de quienes deciden abortar”, cuenta Alicia Zubiría, docente universitaria, que decidió mudarse a Amaicha del Valle de Tucumán apenas se jubiló. “Ayudar a una piba que vive en el cerro y que empezó su primer paso caminando 6 horas y después acompañarla por celu (porque por suerte tienen algo de internet allá arriba) me hizo sentir que estoy para algo aquí”, agrega.

El proceso de sumarse a la Red siempre comienza con una serie de formaciones. Así recuerda Alicia sus primeros pasos: “Lentamente empezamos a acompañar chiques de aquí, de Amaicha y de ciudades vecinas. Poder ayudarlas a bajar la ansiedad, la desesperación me hizo -y me hace- sentir tan bien. Escuchar de sus procesos, sentir su agradecimiento. Luego con el tiempo nos hicimos cargo de todo Tucumán. No podíamos dejar un vacío, no podíamos dejar en banda a tantes que no son escuchades, ni atendides en estas provincias”.

El deseo de cambiarlo todo, de un mundo justo, de un mundo feminista mueve a SenRed y también provoca orgullos, como asegura Alicia: “cuando digo soy Socorrista, lo digo con un gran orgullo, por estar para quienes nos necesitan y por pertenecer y ser parte de esta Red, abraza, ayuda y está para quienes abortan y  para nosotras”.

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