Femicidio de Carina en Buta Ranquil: faltan políticas públicas localizadas y centradas en los varones

Las comunidades del norte neuquino volvieron a quedar en shock tras un nuevo femicidio, el de la adolescente Carina Barros. A pocos días, entre el dolor, marchas autoconvocadas y acciones en las escuelas, surgen los primeros análisis: la ausencia de políticas públicas sobre violencia que se ajusten a lo que ocurre en las localidades pequeñas, y otras dirigidas puntualmente a los varones.

Instalación en Buta Ranquil durante la tarde/noche del jueves 26/10.

Durante la madrugada del 26 de octubre Carina Barros, de 15 años, fue asesinada con un arma blanca en su casa. Su papá y su hermano, con los que convivía, habían salido alertados por un incendio en una chacra vecina. Por el femicidio está detenido su ex novio, Maicol Tapia, de 19 años. Carina iba a primer año en el CPEM 35 de Buta Ranquil – una pequeña localidad rural del norte neuquino-. Yamila Méndez, fue su profesora: “el femicidio de Cari marca un antes y un después en la sociedad. Es muy importante haber machado, se autoconvocó la comunidad, no somos los mismos, nos tenemos que volver a reconstruir. Es muy triste ver a la familia, porque acá nos conocemos todos. Tenemos el dolor de haber perdido una alumna, una compañera, ella tenía amistades en todos los cursos”.

Con la voz todavía cortada, intentando salir de  la conmoción, Yamila asegura que “queremos justicia, que el femicida pague, que se sepa que nadie es dueño de la vida de las mujeres, de los cuerpos de las mujeres. Cary era muy chica, truncó una vida”. Cuenta, además, que el impacto fue enorme porque desde la escuela no habían advertido ninguna alarma: “la escuela es la caja de resonancia de muchas problemáticas, no pudimos advertir esto. Incluso con la personalidad de Cari, ella entraba en confianza y podía hablar, si estaba mal nos lo hacía saber, fue muy shockeante, no hubo indicios. Somos de escuchar a los pibes y pibas, de prestar atención. Trabajamos la ESI, con contenidos transversales y este año como una materia. Ha tenido resistencias, pero todo el tiempo la trabajamos. Somos una localidad chica, con mandatos muy machistas y patriarcales”.

Marcha pidiendo justicia por Carina en Buta Ranquil.

“Es otra Carina, se me removieron tantas cosas, nos movilizó muchísimo”, dice Aldana Iglesias, comunicadora y docente de Las Ovejas. Se refiere al doble femicidio de Karina y su hija Valentina Apablaza, en plena calle de la localidad hace 5 años, a manos de Lorenzo Muñoz. Dos años después, en 2020, Oscar Retamal mató a Celeste Saavedra en Tricao Malal, otro pequeño pueblo del norte neuquino. Aldana cuenta que no pudieron quedarse quietas y organizaron una marcha en Las Ovejas, así como también actividades en escuelas de la zona. Ella es docente de talleres de comunicación audiovisual y de la materia ESI en las secundarias de Manzano Amargo y Varvarco.

Carteles que realizaron estudiantes en el CPEM 95 de Manzano Amargo.

“En los primeros años hay un machismo muy generalizado y un rechazo a cualquier opinión diferente. Por ejemplo, hoy a la mañana (por el viernes) cuando hicimos una intervención con estudiantes, en primer año no estaban movilizados/as, cuando el resto de la escuela buscaba frases, canciones, arte, dibujos, pinturas -se hizo un trabajo de sanación artística hermoso-  pero en primer año ni atravesados/as. No se conmueven por una muerte y eso es una alarma muy fuerte, sobre todo en la zona”, explica Aldana, que integra además la agrupación feminista Violetamente junto a tres compañeras.

Abrazo colectivo en la plaza de Las Ovejas tras el femicidio de Carina.

Sobre la marcha en Las Ovejas asegura que “participaron muchas adolescencias, entre ellas una amiga de Carina que se mudó hace poco, y terminamos en un abrazo de llanto compartido, entre edades diversas, identidades diversas, masculinidades sensibilizadas. Hablamos de un pueblo campero-ganadero hay muchas cosas por deconstruir».

En Neuquén Capital, este lunes 30/10 desde las 18 distintas organizaciones feministas -entre ellas La Revuelta, la CTEP y Territorio Evita- convocan a una marcha para exigir justicia por Carina. Partirán desde el monumento a San Martín.

Las ausencias 

La falta de políticas públicas reales que contengan y prevengan la violencia machista no es una novedad y es parte del reclamo por parte de los feminismos. De hecho, la respuesta pública al femicidio de Carina de la ministra de las Mujeres y Diversidades de Neuquén, María Eugenia Ferrareso, fue un tuit en el que expresaba “dolor y bronca”, “que caiga todo el peso de la Justicia sobre su femicida” y “duelo provincial”. Ninguna mención a si van a implementar algún dispositivo específico en el norte de la provincia, algún plan de duelo en las escuelas de la zona (como se propone desde la Fundación IPA), alguna red interdisciplinaria. Nada.

Convocatoria en Las Ovejas tras el femicidio de Carina.

Se necesita ajustar políticas públicas en cada localidad. Hay una necesidad de encuentro. Acá se abrió un área de la Mujer, pero se necesita activar más”, reclama Aldana sobre la realidad de Las Ovejas. Yamila, en el mismo sentido, asegura que en Buta Ranquil tienen muchas falencias en cuanto a los equipos interdisciplinarios: “no tenemos área de la Mujer, pedimos al Estado que garantice derechos, exigimos cuestiones básicas porque en el norte estamos alejados de todos”. Se refiere, por ejemplo, a que el juzgado más cercano está en Chos Malal.

Pedido de justicia por Carina en Buta Ranquil.

Daniela Tagle es trabajadora social y coordinadora zonal de Salud Mental del hospital de Chos Malal. “Necesitamos más reacciones comunitarias de los varones. Hay políticas públicas, hay leyes, no necesitamos más punitivismo. Hay que tener más incidencia en el cambio de las masculinidades. Nos falta comunitariamente trabajar más con los varones en desarmar las prácticas violentas, hacer campañas que les pregunten ¿Qué te pasa que pegas? ¿Qué te pasa si celas?”, aporta no solo como análisis sino como camino concreto para pensar nuevas políticas públicas. “No hay políticas públicas sobre salud de los varones. Después del control del niño sano a los 6 años, a los varones los ve el dentista o traumatólogo”, asegura.

Nosotras ya hicimos mucho – dice Daniela- ahora quisiera verlos a ellos con la bandera ‘Basta de matarlas”. Es momento, como se planteó con el femicidio de Luz y Norma, que los varones se hagan cargo de la violencia que producen y reproducen, que corten sus pactos de fidelidad patriarcales y que lo hagan pública y colectivamente. La deuda es de los varones, reclama la obra de teatro Socorro Desnuda, inspirada -entre otras cosas- en el femicidio de Luz y Norma. De los varones y del estado, sin dudas.

También queda recomponer, atravesar el duelo en las escuelas y en la comunidad. “Estamos trabajando en un plan para volver a encontrarnos en las aulas. La vamos a extrañar mucho”, dice Yamila. Aldana anticipa que desde La Red Feminista del Norte Neuquino (que agrupa organizaciones y activistas de Las Ovejas, Chos Malal, Andacollo, Barrancas, Huinganco, Tricao Malal, Buta Ranquil y Varvarco) están planificando una acción conjunta para el #25N en Buta Ranquil. Saberse juntas, abrazadas, pensando en colectivo, como primer paso hacia la reparación. 

Si sufrís algún tipo de violencia psicológica, física o sexual, además de llamar al 144 o 148, podes comunicarte con el servicio de acompañamiento legal y psicológico Socorro Violeta, o podes hablar con algún/a profe de tu escuela. 

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